Investigación revela riesgos ocultos de medicamentos GLP-1 en el manejo de la obesidad y diabetes

Nuevos fármacos para la pérdida de peso: atlas de efectos secundarios revelador.
Nuevos fármacos para la pérdida de peso: atlas de efectos secundarios revelador.

Los medicamentos conocidos como agonistas del receptor de glucagón tipo 1 (GLP-1) fueron inicialmente desarrollados para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Sin embargo, su uso se ha expandido para incluir el manejo de la obesidad, y actualmente son utilizados por millones de personas en todo el mundo, quienes los conocen principalmente por sus marcas comerciales, como Ozempic y Wegovy. Un equipo de científicos en Estados Unidos ha identificado una brecha en el conocimiento sobre los riesgos asociados a estos fármacos en relación con múltiples problemas de salud. En su investigación, han publicado un atlas de efectos secundarios, tanto positivos como negativos, de los GLP-1 en la revista Nature Medicine. Estos medicamentos no solo ayudan a perder peso, sino que también presentan beneficios adicionales, aunque también se ha señalado una mayor probabilidad de desarrollar artritis, pancreatitis y otras inflamaciones potencialmente mortales.

Los GLP-1 imitan la acción de una hormona intestinal que regula la glucosa en sangre y controla el apetito. Estos fármacos estimulan la producción de insulina, reducen la liberación de glucosa y ralentizan el vaciado gástrico, lo que disminuye la sensación de hambre. Originalmente, se utilizaron para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero actualmente se emplean para la pérdida de peso y el manejo de condiciones metabólicas relacionadas con la obesidad. Su popularidad ha crecido de manera significativa debido a los resultados observados en los pacientes.

El líder del estudio, el doctor Ziyad Al-Aly de la institución Veterans Affairs St. Louis Health Care System en Misuri, Estados Unidos, comentó: “Nadie había investigado de forma comprensiva la eficacia de todos los resultados posibles para la salud”. Para abordar esta inquietud, el equipo propuso analizar una amplia variedad de datos médicos. Los investigadores incluyeron especialistas en epidemiología y endocrinología en su análisis de datos, trabajando a partir de registros médicos recopilados durante un período de 3.5 años. Compararon a 200,000 pacientes que utilizaban estos medicamentos con 1.7 millones de personas que recibieron otros tratamientos indicados para reducir el azúcar en sangre. Se examinaron 175 condiciones de salud para identificar riesgos asociados.

A pesar de que el diseño del estudio abarcó una gran cantidad de datos, los autores reconocieron que ajustaron variables como la edad y el estilo de vida, lo que podría haber influido en los resultados. Entre los hallazgos positivos, se destacó una disminución en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, ataques cerebrovasculares y problemas renales. También se observaron reducciones en trastornos psicóticos (18%), enfermedad de Alzheimer (12%) y adicción (13%). Por otro lado, se expusieron riesgos relevantes, ya que los usuarios mostraron un incremento del 11% en el riesgo de pancreatitis, que puede tener complicaciones graves. Esto refuerza la necesidad de evaluar cuidadosamente la prescripción de estos medicamentos, como indicó el doctor Al-Aly: “Los datos sugieren un impacto en múltiples sistemas del organismo, más allá del control del peso”. Esta versatilidad podría explicar los efectos asociados, y el investigador añadió que podrían influir en áreas del cerebro relacionadas con los impulsos, lo que ayudaría a reducir el consumo de sustancias como el tabaco, el alcohol y los opioides, aunque subrayó que estos hallazgos deben interpretarse con cautela.

En un diálogo con Infobae, León Litwak, médico endocrinólogo y diabetólogo asociado al Servicio de Endocrinología, Metabolismo y Medicina Nuclear del Hospital Italiano de Buenos Aires y ex presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD), comentó tras revisar el estudio: “Este trabajo aporta información sobre los efectos que tuvieron en la vida real”. Litwak corroboró que el uso de estos medicamentos “aporta una mejoría importante en el manejo metabólico asociado a la diabetes” y subrayó que se ha demostrado un efecto protector cardiovascular y renal. También mencionó que se han observado “reducciones impensadas en el abuso de drogas y trastornos psicóticos”. En cuanto a los efectos negativos, el especialista argentino advirtió que, antes de indicar estos fármacos, se debe considerar si el paciente tiene antecedentes de ciertos tipos de cáncer, como el de tiroides. “Hay que tener en cuenta el perfil de cada paciente y las situaciones en las que deberían usarse los GLP-1. Pero en general, estos casos ocurren con baja frecuencia”, recomendó.

Por su parte, César Casavola, jefe de nutrición de Alemán Médicos Nutricionistas, afirmó que los profesionales deben evitar que los pacientes se automediquen. El nuevo experto considera que es fundamental que un profesional decida el tratamiento adecuado para cada paciente. “Se debería tener un compromiso del paciente”, comentó. “El medicamento semaglutide está autorizado para la obesidad, y su marca comercial está disponible. Solo se debe usar para eso, ya que automedicarse con fines estéticos conlleva riesgos. Porque los efectos adversos requieren seguimiento”. En una entrevista, Daniel Drucker de la Universidad de Toronto, Canadá, mencionó que “estos riesgos, aunque poco frecuentes, deben ser considerados en el momento de tratar a los pacientes”. Este punto resulta crucial para entender el contexto clínico y determinar la relevancia de los efectos específicos. Drucker también planea realizar futuros trabajos que abordarán las limitaciones del estudio y explorarán detalles específicos.