
Un estudio realizado por el University College London sugiere que la salud mental y el bienestar de las personas alcanzan su punto más alto por la mañana y disminuyen progresivamente hasta la medianoche. Los hallazgos, publicados en BMJ Mental Health, indican que estos cambios pueden estar influenciados por el día de la semana, la estación del año y factores biológicos. Desde hace tiempo, los especialistas han observado que el estado de ánimo fluctúa a lo largo del día. Sin embargo, pocas investigaciones han analizado este fenómeno con una muestra amplia y representativa.
Metodología del estudio
Para abordar esta cuestión, un equipo de investigadores decidió analizar datos de casi un millón de respuestas a encuestas realizadas entre 2020 y 2022. La metodología utilizada se basó en el Estudio Social COVID-19 UCL, un proyecto que comenzó en marzo y continuó hasta 2022. Se recopilaron datos de 49,218 participantes que completaron cuestionarios sobre su ánimo, felicidad y satisfacción con la vida, según comunicados de los sitios oficiales de la universidad. Las encuestas incluían preguntas que permitieron registrar cómo variaban las respuestas según la hora del día. Además, se consideraron factores como la edad, el género, la situación laboral y las condiciones preexistentes de salud.
Resultados del análisis
Los patrones observados en el análisis mostraron un patrón claro: las personas tendían a sentirse mejor a medida que avanzaba el día, alcanzando su punto más bajo alrededor de la medianoche. Además, los resultados revelaron diferencias sutiles a lo largo de la semana: los lunes y viernes mostraron niveles más altos de soledad, mientras que las estaciones del año también influyeron en los resultados. En comparación con el invierno, los participantes reportaron niveles más bajos de síntomas depresivos y de ansiedad en primavera y verano, aunque los cambios estacionales no afectaron de manera uniforme a todos los días observados.
Factores que influyen en la salud mental
Los factores fisiológicos y sociales detrás de estas fluctuaciones sugieren que podrían estar relacionados con procesos hormonales, como el cortisol, una hormona clave en la regulación del estrés. Esta hormona alcanza su nivel máximo poco después de despertarse y disminuye a lo largo del día. Esta variación hormonal podría explicar por qué las personas se sienten peor por la noche. Sin embargo, la biología no es el único factor en juego; también entran en juego factores contextuales. La rutina diaria, las obligaciones laborales y las actividades recreativas varían según los días de la semana, lo que afecta el bienestar general.
Asimismo, se señaló que la cantidad de horas de luz solar influye en la salud mental, lo que explicaría por qué generalmente se reportan niveles más altos de bienestar en invierno. Otros factores como la temperatura, la humedad y las festividades también desempeñan un papel en el estado de ánimo de las personas.
Limitaciones del estudio
Aunque el estudio ofreció información valiosa, los investigadores advierten que sus hallazgos deben interpretarse con cautela, ya que se trata de una investigación observacional y no se puede establecer una relación de causa y efecto en la salud mental. Existen variables que no fueron consideradas, como los ciclos de sueño de los participantes, la latitud en la que vivían y el clima. Otro posible sesgo es el momento en que los participantes decidieron responder a la encuesta. “Por ejemplo, aquellos que ya se sentían bien podrían tener más probabilidades de participar en la encuesta”, explicó Feifei Bu, del Departamento de Ciencias del Comportamiento y la Salud de UCL, en una entrevista con la cadena de noticias británica Sky News.