Durante más de tres siglos, un retrato de una joven con la cabeza cubierta por una cofia blanca y una expresión serena fue considerado la imagen de Lady Jane Grey, quien reinó apenas nueve días en el trono de Inglaterra. Sin embargo, a comienzos del siglo XXI, los expertos en arte comenzaron a cuestionar esta identificación. Actualmente, gracias a una investigación liderada por English Heritage, la antigua atribución ha sido reexaminada y nuevos indicios apuntan a una conclusión sorprendente: podría tratarse de un retrato único realizado en vida de la llamada “Reina de los Nueve Días”. Esta joven no llegó al poder por elección propia, sino en un tumultuoso contexto político y religioso del siglo XVI, impulsada por figuras poderosas como el Duque de Northumberland, quien casó a su hijo con ella y la presentó como sucesora legítima tras la muerte de Eduardo VI, hijo de Enrique VIII. Lady Jane Grey era protestante, lo que la convirtió en la opción preferida frente a su prima católica, María Tudor. Aun así, gran parte del pueblo y del establecimiento respaldaron a María, quien accedió al trono el 19 de julio de 1553. En este sentido, Lady Jane fue acusada de alta traición, encarcelada y ejecutada el 12 de febrero de 1554, a la edad de solo 16 años.