Los microplásticos, que son partículas de plástico de menos de cinco milímetros, han sido detectados en diversos entornos, incluyendo el cuerpo humano, el polvo, productos de limpieza y la lluvia. Un reciente estudio científico realizado en Noruega ha planteado la posibilidad de que estos microplásticos representen un riesgo significativo. Los investigadores postulan que el tratamiento de aguas residuales no logra eliminar varios patógenos que se ocultan en el agua. Las plantas de estaciones depuradoras, que reciben aguas de hogares, industrias y otras instalaciones, están diseñadas para eliminar contaminantes. Sin embargo, un equipo liderado por la científica Ingun Lund Witsø de la Universidad de Ciencias de la Vida ha descubierto que los microplásticos pueden ser colonizados por una película microbiana pegajosa.