La idea de implementar una semana laboral de cuatro días ha cobrado relevancia no solo en Chile, tras la reciente entrada en vigor de la Ley de 40 Horas, sino también en diversas partes del mundo. A principios de 2024, se llevó a cabo un experimento en Alemania, específicamente en la Universidad de Münster, que analizó los efectos de esta reducción de jornada laboral.
Detalles del experimento en Alemania
El experimento involucró a 45 empresas y organizaciones alemanas que se comprometieron a adoptar una semana laboral de cuatro días durante un periodo de seis meses, manteniendo los salarios sin reducción. Esta iniciativa fue impulsada por la consultora de gestión Intraprenör, en colaboración con la organización sin ánimo de lucro 4 Day Week Global (4DWG).
Objetivos y metodología del estudio
El objetivo principal de este estudio fue evaluar si trabajar menos horas podría resultar en una mayor productividad sin que esto implicara un aumento del estrés o una carga de trabajo adicional. Para ello, se implementaron diversas metodologías de análisis, que incluyeron encuestas y entrevistas, así como la recolección de muestras de cabello para medir los niveles de estrés. Además, se registraron datos fisiológicos como la frecuencia cardíaca, los niveles de actividad y la calidad del sueño de los participantes.
Resultados del estudio
Los resultados del estudio indicaron que los empleados experimentaron una mejora en su bienestar general al reducir las horas de trabajo. Según Julia Backmann, directora científica del estudio y catedrática de la Universidad de Münster, “los participantes son igual de productivos que con una semana de cinco días, en algunos casos incluso más”.
Los empleados reportaron mejoras significativas en su salud mental y física, así como una disminución en los niveles de estrés y síntomas de agotamiento. Esta reducción en el estrés fue corroborada por datos obtenidos de relojes inteligentes que midieron los minutos de estrés diarios.
Además, dos de cada tres empleados afirmaron que había menos distracciones y que los procesos laborales se habían optimizado. En más de la mitad de las empresas participantes, las reuniones se llevaron a cabo con menor frecuencia y por períodos más cortos. Una de cada cuatro empresas también implementó nuevas herramientas digitales para mejorar la eficiencia. Carsten Meier, de la consultora Intraprenör, resumió los hallazgos al afirmar que “el potencial de la reducción de la jornada laboral parece estar latente bajo procesos complicados, reuniones y falta de digitalización”.
Críticas y opiniones divergentes
Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo con los resultados positivos del experimento. Enzo Weber, un experto en el mercado laboral, expresó su escepticismo, argumentando que las empresas que participaron en el estudio ya tenían una predisposición favorable hacia la semana de cuatro días, lo que podría sesgar los resultados. Según Weber, esto significa que no se puede considerar a estas empresas como una muestra representativa de la economía en general.
Por su parte, Steffen Kampeter, director general de la asociación patronal BDA, también mostró dudas sobre la viabilidad de la semana de cuatro días, sugiriendo que las empresas que compiten a nivel internacional optaron por no participar en el experimento. Kampeter afirmó que “una semana de cuatro días con plena equiparación salarial no es más que un aumento salarial masivo, que la inmensa mayoría de las empresas no pueden permitirse”.
Weber añadió que la reducción de horas de trabajo no solo implica un cambio en la cantidad de horas, sino que también puede modificar los procesos y estructuras organizativas de las empresas. Según él, cualquier aumento en la productividad observado no necesariamente está relacionado de manera causal con la reducción de la jornada laboral.
El experto también advirtió que la eliminación parcial o total de una jornada laboral podría llevar a una intensificación del trabajo, lo que podría resultar en la pérdida de elementos sociales, comunicativos y creativos en el entorno laboral. “Las empresas no suelen notar las consecuencias inmediatamente, sino a mediano plazo”, concluyó Weber, señalando que los estudios realizados hasta ahora han tenido una duración de solo seis meses.
Finalmente, Julia Backmann enfatizó que el objetivo del estudio no era promover la implementación a gran escala de la semana de cuatro días, sino más bien explorar “una opción de modelo innovador de tiempo de trabajo y su impacto”.