Interpretar un personaje inolvidable en el cine exige sacrificios, y para Sean Astin, dar vida a figuras tan diferentes como Samwise Gamgee en “El Señor de los Anillos” y Doug Whitmore en “50 First Dates” implicó drásticos cambios físicos. En una reveladora conversación en The Drew Barrymore Show, el actor detalló el esfuerzo titánico que implicaron estos papeles, desde una considerable ganancia de peso hasta intensos regímenes de entrenamiento. Recordó cómo, en la trilogía épica dirigida por Peter Jackson, tuvo que transformarse en el leal Sam, un hobbit cuya figura fue definida incluso por los diálogos de la película. “Tuve que ganar un millón de libras para estar en ‘El Anillo’ porque interpreté a un ‘estúpido gordo'”, citando una línea dicha por Gollum en la historia. Aunque esta transformación le permitió encarnar al entrañable personaje, su cuerpo sufrió las consecuencias. “Después de las películas, perdí 14 kilos y me sentí más ligero, disfrutando de mi trabajo en la serie ‘Jeremiah'”, relató.
Sin embargo, justo cuando recuperaba su peso habitual, llegó una propuesta de Adam Sandler para sumarse a un nuevo proyecto. “Adam dijo: ‘Nos encantaría que hicieras esto. ¿Puedes engordar 20 kilos?’ Y yo respondí: ‘Oh, Dios mío, por supuesto'”, explicó en la entrevista. Esta vez, el desafío era diferente: construir la musculatura característica de Doug, un culturista obsesionado con batidos de proteínas. Para lograrlo, la producción proporcionó un entrenador personal que supervisó un estricto programa de ejercicios y una dieta hipercalórica. “Pasábamos horas en el gimnasio levantando pesas y comiendo, lo cual es completamente distinto a simplemente comer mientras ves televisión”, añadió con humor.
El compromiso físico de Astin reflejó su entrega total a cada papel, dejando claro que, más allá del maquillaje y los disfraces, también era una herramienta esencial para dar vida a personajes icónicos y únicos. Sin embargo, tuvo dudas sobre aceptar uno de sus papeles más recordados; inicialmente no estaba seguro de querer aceptar el rol. En un momento de agotamiento tras trabajar en “Jeremiah”, consideró declinar la audición. “Estaba cansado y tenía que volver a dirigir. Leí el guion y pensé: ‘Es un gran guion, sé qué estoy haciendo aquí'”, reveló, durante la conversación, su esposa intervino con un consejo decisivo: “Ella dijo: ‘Haz esa audición’. Normalmente, dice ese tipo de cosas, así que tú te haces algo, tienes que escucharla”.
Finalmente, el papel marcó un punto brillante en su carrera y estableció una conexión con Barrymore. Astin destacó la buena relación que desarrolló con sus coprotagonistas, especialmente la divertida dinámica que crearon para dar vida a la personalidad de Doug. Según relató, el director Segal le pidió que hiciera un ceceo distintivo, algo que él rechazó. “Peter quería que lo hiciera y dije: ‘No creo que sea correcto, parece cursi'”. A pesar de sus dudas, terminó grabándose y admitió que su interpretación mejoró significativamente: “Comencé a divertirme con eso, y fue mucho mejor”.
En la actualidad, Astin se encuentra en una nueva etapa en Broadway, explorando nuevas facetas al debutar interpretando a Santa Claus en la obra “Elf Musical”, donde encarna al villano señor Greenway. Esta producción sigue expandiendo su legado artístico y rinde homenaje a su historia familiar. Su madre, la actriz Patty Duke, dejó una huella en los escenarios de Nueva York con tres aclamadas producciones. Además de su trabajo en Broadway, Astin volverá a aparecer en un próximo proyecto navideño de Netflix, protagonizado por Sabrina Carpenter. Estas incursiones recientes reflejan su entusiasmo por participar en proyectos que, según declaró, permiten conectar con públicos de todas las edades: “Es mágico ser parte de historias que tocan los corazones de las personas en esta época del año”.