
El comunicador Mauricio Israel ha generado un intenso debate público tras confesar en una entrevista que “no ha sido un buen papá con ninguno de sus hijos”. Esta revelación, realizada en el programa No es lo Mismo de Tevex, reavivó el conflicto con su hijo Alexander y puso en el centro de la discusión temas como la familia, la televisión y la exposición mediática.
La confesión de Israel surge en un contexto delicado, tras la participación de Alexander en el programa Primer Plano, donde el joven compartió su experiencia de abandono y distanciamiento, una situación que ha perdurado por más de dos décadas. Según el relato de Alexander, su padre ha estado ausente en gran parte de su vida, lo que provocó una ola de reacciones en redes sociales y en la opinión pública.
Israel, en su defensa, explicó que la situación es más compleja de lo que parece. Afirmó que Alexander ha sido reconocido legalmente desde su nacimiento y que su madre, Marisol Gálvez, le había solicitado mantener al joven alejado de la esfera mediática debido a su condición de TEA y Asperger. La madre temía que cualquier exposición pudiera resultar en bullying, lo que llevó a Israel a no mencionarlo públicamente.
El comunicador admitió que cometió errores significativos, reconociendo que se alejó demasiado y no hizo lo suficiente por buscar a su hijo tras su partida de Chile en 2007, un año que marcó el inicio de un periodo complicado en su vida, caracterizado por problemas personales y legales, depresión y dificultades laborales en el extranjero.
En medio de esta situación, Israel lanzó acusaciones hacia Gálvez, sugiriendo que ella llevó a Alexander al programa de televisión y cobró por la entrevista, además de afirmar que el joven fue “manipulado” para aparecer ante las cámaras. “No me molestan las críticas hacia mí; lo que sí me indigna es que atacaran a mi familia, a mis padres y a mis hermanos”, expresó, refiriéndose a las reacciones del panel de Primer Plano. También mencionó que había advertido a la producción sobre la condición de su hijo, temiendo que la situación no se manejara con la sensibilidad necesaria.
La aparición de Alexander en televisión, junto con la confesión de su padre, ha abierto un debate más amplio sobre los límites éticos en los programas de farándula, la exposición de personas neurodivergentes y las tensiones familiares que se trasladan a la pantalla. Israel comentó que ver el relato de su hijo fue un impacto emocional fuerte, aunque insistió en que la versión presentada no refleja toda la historia: “No quiero hacerme la víctima, pero tampoco voy a cargar con cosas que no son ciertas”.
Este caso continúa generando reacciones tanto en redes sociales como en el mundo del espectáculo, donde varios panelistas anticipan que el conflicto podría escalar si Alexander o Marisol Gálvez deciden responder a las acusaciones de Israel.




















