Edulcorantes artificiales: ¿un riesgo oculto para tu microbioma y metabolismo?

Los edulcorantes impactan el microbioma y el metabolismo
Los edulcorantes impactan el microbioma y el metabolismo

Un estudio reciente del Instituto Weizmann de Ciencias ha revelado que los edulcorantes no nutritivos, comúnmente conocidos como sustitutos del azúcar, pueden tener efectos significativos en el cuerpo humano, desafiando la creencia de que son completamente inocuos. Este ensayo controlado, publicado en la revista Cell en 2022, sugiere que estos edulcorantes pueden alterar el microbioma intestinal de los consumidores, lo que a su vez puede influir en los niveles de glucosa en sangre de manera variable entre diferentes individuos.

Investigación sobre edulcorantes no nutritivos

El estudio fue liderado por el profesor Eran Elinav del Departamento de Inmunología y Sistemas del Instituto Weizmann, que se encuentra en Rejovot, Israel. A pesar de que se ha asumido que los edulcorantes no nutritivos aportan dulzura sin calorías, la investigación ha demostrado que su consumo puede tener efectos adversos en la salud. En un estudio previo realizado en 2014, se observó que estos edulcorantes podrían contribuir a cambios en el metabolismo, lo que llevó a la necesidad de investigar más a fondo sus efectos.

Metodología del estudio

El equipo de investigación examinó a casi 1,400 posibles participantes, de los cuales seleccionaron a 120 que evitaban estrictamente cualquier alimento o bebida endulzada artificialmente. Estos voluntarios fueron divididos en seis grupos. Cuatro de estos grupos recibieron sobres que contenían cantidades inferiores a la ingesta diaria aceptable de edulcorantes, específicamente sacarina, sucralosa, aspartamo y estevia. Los otros dos grupos sirvieron como controles.

El estudio fue llevado a cabo por el doctor Jotham Suez, un ex estudiante de posgrado que ahora es investigador principal en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, junto con Yotam Cohen del laboratorio de Elinav. La colaboración incluyó a los Departamentos de Computación, Matemáticas Aplicadas y Biología Celular y Molecular del Instituto Weizmann.

Resultados del estudio

Los investigadores descubrieron que el consumo de edulcorantes alteraba la composición y función del microbioma intestinal, así como la secreción de pequeñas moléculas intestinales en los participantes. En particular, se observó que la sacarina alteraba significativamente la tolerancia a la glucosa, lo que implica que estos edulcorantes pueden tener un impacto en la salud metabólica.

Los resultados mostraron que las alteraciones en la tolerancia a la glucosa estaban correlacionadas con cambios en la composición del microbioma. El profesor Elinav afirmó: “Estos hallazgos refuerzan la visión de que el cuerpo integra señales que provienen de sus propios sistemas y de factores externos, como los alimentos que consumimos, los medicamentos que tomamos y nuestro estilo de vida”.

Para confirmar si los edulcorantes eran realmente responsables de las alteraciones en la glucosa, los investigadores realizaron trasplantes de microbioma en 40 individuos que nunca habían consumido edulcorantes. Los resultados mostraron que los receptores de estos trasplantes reflejaban en gran medida los patrones de los donantes humanos, lo que sugiere que el microbioma juega un papel crucial en la respuesta a los edulcorantes.

Implicaciones de la investigación

El estudio concluyó que el consumo de edulcorantes no nutritivos puede perjudicar las respuestas metabólicas al alterar el microbioma, lo que resulta en efectos que son altamente personalizados y dependen de la composición única de cada individuo. El profesor Elinav añadió: “Las consecuencias para la salud de estos hallazgos aún están por determinarse y merecen nuevos estudios a largo plazo. Mientras tanto, es importante destacar que nuestros resultados implican que los edulcorantes no son necesariamente inocuos y pueden ser perjudiciales para la salud humana, incluso más que los edulcorantes nutritivos”.

El equipo de investigación incluyó a varios colaboradores, entre ellos el Dr. Rafael Valdés-Mas, Uria Mor, la Dra. Mally Dori-Bachash, Sara Federici, Niv Zmora, Avner Leshem, Melina Heinemann, Raquel Linevsky, Maya Zur, Rotem Ben-Zeev Brik, Aurelie Bukimer, Shimrit Eliyahu Miller, Alona Metz, Ruthy Fischbein, Olga Sharov, Hagit Shapiro, y los Dres. Sergey Malitsky y Maxim Itkin de las Instalaciones Básicas de Vida del Instituto Weizmann, así como Noa Stettner y el Prof. Alon Harmelin de Recursos Veterinarios, y Christoph K. Stein-Thoeringer de la División de Microbioma del Cáncer del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ).