Un anestesista francés ha sido condenado a cadena perpetua por el envenenamiento de 30 pacientes, lo que ha generado un gran impacto en la comunidad médica y en la opinión pública.
El tribunal de Besançon dictó la sentencia contra Fréderic Péchier, quien deberá cumplir un mínimo de 22 años en prisión. La condena se basa en el envenenamiento de pacientes entre 2008 y 2017 en dos clínicas del este de Francia, de los cuales 12 fallecieron como resultado de sus acciones.
La Fiscalía argumentó que los crímenes fueron motivados por la venganza del anestesista contra colegas médicos con quienes mantenía conflictos. Durante el juicio, que se extendió por tres meses, el jurado, compuesto por seis miembros de un jurado popular y tres magistrados, no dio credibilidad a la defensa de Péchier, quien insistió en su inocencia y apeló a su ética profesional, afirmando: “Hace ocho años que lucho contra los que me acusan de ser un envenenador (…) Hice un juramento en 1999 y siempre lo he respetado, el juramento hipocrático”.
A pesar de la falta de pruebas directas que lo vincularan a los envenenamientos, la Fiscalía presentó a Péchier como el único nexo común en todos los casos analizados, lo que fue crucial para la acusación. Se le describió como un “asesino en serie” y un “doctor de la muerte”, señalando que inyectó potasio y otras sustancias a los pacientes para provocar paros cardíacos, generando así un ambiente de tensión entre sus colegas.
Tras la sentencia, los abogados de Péchier anunciaron su intención de apelar, aunque esto no evitará su ingreso inmediato a prisión, ya que había estado en libertad durante el juicio. La condena ha suscitado un debate sobre la ética en la profesión médica y la seguridad de los pacientes en el sistema de salud.
