Cada 17 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Prematuro, una fecha que tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la atención y el cuidado de los bebés prematuros, aquellos que nacen antes de completar las 37 semanas de gestación. Este año, el lema de la campaña es “Juntos en cada paso: hospital al hogar”.
Importancia del apoyo emocional y psicológico
La doctora Carmen Vecchiarelli, subdirectora del Servicio de Neonatología del Sanatorio Otamendi, destacó que detrás de los índices de prematurez hay millones de familias que acompañan a sus bebés, a menudo separados por el vidrio de la incubadora, incluso durante meses. En sus palabras, “Cuando hablamos de prenatal y perinatal, uno de los recursos infaltables es el apoyo psicológico y emocional para las familias. Mi trabajo con este tipo de gestaciones me demuestra a diario que no solo se necesita más práctica de médicos formados, sino también profesionales que puedan brindar seguridad y esperanza en todo el proceso, después del alta”.
La doctora Vecchiarelli también enfatizó que “la contención no es algo menor. Dependiendo del grado de prematurez, los bebés están mayormente expuestos a infecciones, dada la inmadurez de su sistema inmunológico, así como a dificultades nutricionales y complicaciones en órganos y sistemas corporales, como el respiratorio. La vulnerabilidad es muy alta y transitarla es un desafío para todos los presentes en Neonatología”.
Estadísticas sobre la prematurez
Según datos de UNICEF, los nacimientos que ocurren ‘antes de tiempo’ son responsables de aproximadamente el 75% de la mortalidad perinatal y del 50% de las discapacidades en la infancia. La especialista en obstetricia Lorena Claus, jefa del Hospital Santojanni, subrayó la necesidad de identificar los embarazos de alto riesgo y seguir un plan de control exhaustivo que contemple factores como la presión arterial, el peso materno y la vitalidad fetal.
Por su parte, el bioingeniero de imágenes del Centro de Servicios Hospitalarios (CSH), Gerardo Luduena Martínez, destacó la importancia de la ecografía morfológica a partir de la semana 20, que permite un examen detallado del desarrollo del feto.
Las cifras alarmantes de la OMS indican que a nivel global, el 13,4% de los nacimientos son prematuros, lo que se ha convertido en la principal causa de mortalidad entre los menores de cinco años. A nivel nacional, las tasas de prematurez han aumentado aproximadamente un 10% entre 2008 y 2018, según datos del Ministerio de Salud. La Sociedad Argentina de Pediatría informa que casi el 9% de los nacimientos en el país son prematuros, y de estos, el 1.1% pesa menos de 1500 gramos.
Causas y prevención de la prematurez
Desde la entidad mencionada, se señala que la prematuridad es una de las principales razones de ingreso a las unidades de cuidados intensivos neonatales. “Las causas son diversas, incluyendo factores maternos, del recién nacido o idiopáticas, es decir, desconocidas. La reducción de riesgos se centra en la prevención a través de controles prenatales adecuados y oportunos”, explicó Graciela Corral (MN 71346), de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires.
Existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de prematurez, tales como la maternidad adolescente, el tabaquismo, el consumo de alcohol y drogas, el exceso de esfuerzo físico y las enfermedades maternas crónicas e infecciosas, así como la detección de múltiples complicaciones.
Afortunadamente, “la ciencia y los avances en conocimientos médicos, de enfermería y en tecnologías hacen que hoy sea posible la supervivencia en casos extremos. Para ello, es fundamental realizar un seguimiento a largo plazo que jerarquice la salud de estos niños, siempre con la participación activa en sus otras etapas de vida”, comentó el personal del Sanatorio Otamendi.
Los bebés prematuros enfrentan significativos desafíos para su bienestar, que pueden incluir desde discapacidades hasta la muerte. La mayoría de estos niños requiere largos períodos de recuperación y atención especializada, y todas sus necesidades son clave en los primeros años para garantizar un adecuado neurodesarrollo. En este contexto, Cristina Osio afirmó que es importante enfocarse no solo en la atención médica, sino también en el apoyo emocional.
Acceso a cuidados neonatales
Recientemente, la Organización Panamericana de Salud decidió centrar su atención en que las madres y padres tengan acceso irrestricto a las unidades de cuidados intensivos neonatales (UCI), tras comprobar los beneficios que esto conlleva para el bebé, como el contacto piel a piel y la lactancia directa, lo que favorece el apego. “Ciertamente, estos aportes reducen el estrés y la angustia”, expresó Osio.
La doctora Osio añadió: “La UCI nos asiste en los días difíciles, pero nuestra salud y nuestro rol de compromiso van más allá. Nada puede preparar para tanta incertidumbre, pero nosotros sí podemos acompañarlos en cada paso. Es un compromiso que está a nuestro alcance, para transitar la estadía en neonatología y el regreso a casa de la mejor manera posible”.
La doctora también mencionó que “para nosotros es primordial la internación conjunta, por lo cual adaptamos las prácticas del equipo a los tiempos de la familia, con el fin de interferir lo menos posible en el vínculo natural y favorecer un apego temprano”.
En coincidencia, la doctora Osio sostuvo que en los casos delicados, donde los bebés pasan por un proceso de recuperación, el Sanatorio Otamendi prioriza la neonatología, asegurando horarios y tiempos adecuados para las familias.