Delfina Guzmán reflexiona sobre el tiempo y la memoria en su vida a los 96 años

Delfina Guzmán reflexiona sobre el paso del tiempo y su impacto en la vida.
Delfina Guzmán reflexiona sobre el paso del tiempo y su impacto en la vida.

La actriz Delfina Guzmán, a sus 96 años, comparte reflexiones sobre su vida, su carrera y su relación con el tiempo en una entrevista reciente. En su hogar en Las Condes, rodeada de flores y plantas, Delfina se muestra dispuesta a conversar sobre su trayectoria y sus recuerdos, aunque reconoce que su memoria a veces le juega malas pasadas. Su hijo, Juan Cristóbal Meza, compositor y director de la obra Ciudad, que se presentará en el Nescafé de las Artes el 29 de octubre, la acompaña durante la charla.

Reflexiones sobre la memoria y la vejez

Delfina menciona que la memoria es uno de los aspectos que más se ve afectado con la edad. “Diosito de los cielos creó a la raza humana y la creó sin memoria”, afirma, reflexionando sobre cómo el tiempo se vuelve confuso y difícil de manejar. A menudo se encuentra preguntándose sobre su infancia y los recuerdos que tiene de su barrio, Concha y Toro, aunque admite que no tiene imágenes claras de esa época.

La actriz también habla sobre su experiencia en el Colegio Universitario Inglés, un colegio católico donde no se sentía cómoda. “Me expulsaron del Colegio Universitario Inglés, que lo agradecí más adelante”, dice, recordando su relación con la autoridad y su inclinación a “hacer las cosas por el lado”.

Vida personal y relaciones

Delfina ha tenido dos matrimonios y menciona que su primer esposo, Joaquín Eyzaguirre, era de una familia acomodada, lo que inicialmente agradó a su familia. Sin embargo, su matrimonio duró poco, y tuvo dos hijos, Nicolás y Joaquín. Posteriormente, se casó con Gonzalo Meza, un director de teatro, con quien tuvo una relación significativa.

“Mi mamá no quería que fuera actriz y se reconcilió con mi decisión cuando comencé a tener éxito”, recuerda, aludiendo a la complejidad de su relación con su madre, quien provenía de una familia rica y respetada.

Delfina también menciona su amistad con figuras literarias como Pepe Donoso, Nicanor Parra, Pablo Neruda y Mario Vargas Llosa, destacando la importancia de la cultura en su vida.

El teatro y su significado

El teatro ha sido una parte fundamental de la vida de Delfina. “A mis 96, ¿qué es el Teatro para mí? Es algo a lo que yo me sujeto, estoy amarrada ahí”, expresa, enfatizando su profunda conexión con esta forma de arte. A pesar de su edad, se siente emocionada por seguir actuando y participando en proyectos como Ciudad, donde interactúa con jóvenes actores.

“No me pongo NADA de nerviosa con la actuación, nada, nada; y en las entrevistas menos, porque mientras más puedo inventar, ¡más me entretengo!”, dice, mostrando su entusiasmo por el proceso creativo.

Reflexiones sobre la vida y la muerte

Delfina también reflexiona sobre la muerte y su deseo de partir sin darse cuenta. “Quiero morirme sin darme cuenta”, confiesa, y menciona que ha hablado con sus hijos sobre su eventual partida.

“Si no hubiera sido actriz, me habría gustado ser bailarina”, añade, revelando su amor por el movimiento y la expresión corporal.

En cuanto a su familia, Delfina se siente afortunada de tener cuatro hijos, trece nietos, nueve bisnietos y dos tataranietas, y expresa su deseo de que les vaya bien en la vida.

La relación con el tiempo

La relación de Delfina con el tiempo es un tema recurrente en su conversación. “El problema de la vejez se llama la memoria, o sea, tu relación con el tiempo”, explica, señalando cómo la percepción del tiempo cambia con la edad. A menudo se siente desconectada de las fechas y los eventos, lo que le genera frustración.

“Siento que el tiempo es algo que está ocurriendo y que, de repente, a mí me deja a un lado”, concluye, reflejando la complejidad de la experiencia de envejecer.

Delfina Guzmán continúa siendo una figura relevante en el mundo del teatro y la cultura, mostrando una vitalidad y un amor por la vida que inspiran a quienes la rodean.