El calor extremo durante los días más calurosos del verano presenta desafíos significativos para la comodidad y la salud de las personas. Enfrentar temperaturas elevadas puede resultar en malestar físico y riesgos potenciales como la deshidratación y los golpes de calor. Aunque el cuerpo humano tiene un sistema natural para regular su temperatura a través de la sudoración, en muchas ocasiones este mecanismo no es suficiente para contrarrestar los efectos del entorno.
Desafíos del calor extremo
Un artículo publicado por National Geographic destaca la necesidad de adoptar estrategias prácticas que ayuden a las personas a mantenerse frescas y seguras al salir al exterior durante periodos de intenso calor. Los días calurosos suelen describirse como sofocantes o asfixiantes, términos que reflejan una experiencia compartida por muchas personas durante el verano. Sin embargo, más allá del lenguaje descriptivo, el calor extremo tiene consecuencias tangibles para el bienestar emocional de los individuos.
Entre los problemas comunes asociados con el calor extremo se encuentran el agotamiento por calor y otras afecciones que pueden agravarse si no se toman las medidas preventivas adecuadas. Además, el calor puede intensificar el malestar psicológico, especialmente en climas húmedos, donde la evaporación del sudor es menos eficiente.
El profesor Sundaresan Jayaraman, de la Escuela de Ciencia de Materiales e Ingeniería del Instituto Tecnológico de Georgia, afirmó: “El cuerpo pone en marcha el aire acondicionado natural”. Este proceso requiere un adecuado equilibrio de hidratación para funcionar eficazmente. Las altas temperaturas también afectan directamente al entorno que rodea a las personas. Las superficies de asfalto y los edificios urbanos actúan como acumuladores de calor, irradiando calor adicional y exacerbando la sensación de sofoco.
Estrategias para combatir el calor
Estudios realizados por la Universidad Estatal de Arizona destacan que permanecer a la sombra puede disminuir la carga térmica sobre el cuerpo en hasta 30°C en comparación con la exposición directa al sol. La elección de la ropa es una herramienta importante para combatir el calor extremo. Optar por prendas ligeras y transpirables permite aprovechar mejor el enfriamiento que proporciona la evaporación del sudor.
El lino se destaca como uno de los tejidos ideales debido a su alta capacidad para absorber la humedad y permitir la circulación del aire. Según Jayaraman, este material no solo transporta la humedad lejos de la piel, sino que también evita la sensación de calor en el cuerpo. Otra ventaja del lino es su rigidez, que impide que la tela se adhiera al cuerpo, aunque esto puede conllevar el inconveniente de que tiende a arrugarse fácilmente.
Por otro lado, el algodón ligero es una opción popular, ya que es transpirable y absorbe el sudor. Sin embargo, puede volverse incómodo al retener la humedad, generando una sensación pegajosa. Mientras tanto, el poliéster, tradicionalmente conocido por su eficiencia en la absorción del sudor, ha evolucionado gracias a los avances en la ciencia textil. Las fibras ultrafinas de microdenier ahora permiten una evacuación más efectiva, lo que las hace útiles para actividades deportivas.
Influencia del color y el ajuste de la ropa
La importancia del diseño, el color y el ajuste de la ropa influye en la regulación de la temperatura corporal. Las prendas holgadas son preferibles porque facilitan la circulación del aire alrededor del cuerpo, ayudando a disipar el calor. Esto es especialmente importante en días soleados, cuando los rayos solares pueden resultar incómodos y peligrosos.
Otro factor relevante es el color de la ropa, que a menudo se pasa por alto. Los colores claros, como el blanco, reflejan parte de la radiación solar, mientras que los colores oscuros absorben tanto la radiación ambiental como la irradiada por el sol. Esta paradoja fue analizada en una investigación sobre las túnicas de los beduinos, que demostró que estas prendas tienen un impacto significativo en la percepción del calor. “Si te haces sentir como si no llevaras nada encima, pero sigues protegiéndote, ¡esa es la prenda adecuada!”, resumió el especialista Jayaraman.
Creación de estrategias personales
Según Ariane Middel, investigadora del clima y paisajes en Arizona, es fundamental crear estrategias personales para protegerse del calor. Esto incluye reducir la exposición al sol, actuando como una barrera frente a dos tipos de radiación: la onda corta, proveniente del sol, y la onda larga, generada por las superficies pavimentadas que irradian calor acumulado. Buscar refugio en áreas sombreadas, como debajo de árboles o caminando por el lado protegido de la calle, puede marcar una diferencia importante en la experiencia del calor extremo.