La presencia del coliguacho, conocido científicamente como Scaptia lata, se ha convertido en un tema de conversación habitual entre quienes residen o veranean en el sur de Chile, especialmente durante la temporada estival. Este insecto, un tipo de tábano, es famoso por su insistente zumbido y su comportamiento invasivo, que puede perturbar la tranquilidad de bañistas y excursionistas.
El coliguacho aparece en los meses de calor y humedad, condiciones que son ideales para su ciclo reproductivo. Según el entomólogo y “bichólogo” Alfredo Ugarte, “a mediados de diciembre las larvas pasan a estado de pupa y luego a adultos, y se transforma en el tábano que nosotros vemos volando. Su único objetivo en este estado es reproducirse, nada más”. Para completar la fecundación de sus huevos, las hembras requieren sangre de mamíferos, lo que explica su constante búsqueda de personas y animales.
Sin embargo, el verdadero inconveniente que presentan los coliguachos no es tanto su picadura, sino su comportamiento intrusivo. Estos insectos son más activos durante las horas más calurosas del día, especialmente entre las 11:00 y las 17:00 horas, con un pico de actividad al mediodía, lo que los convierte en uno de los insectos más molestos del verano austral, según el sitio web Chile es Tuyo.
Un aspecto interesante sobre el coliguacho es su atracción hacia ciertos colores. Estudios han demostrado que estos insectos se sienten especialmente atraídos por la ropa oscura. Ugarte explica que esto se debe a un mecanismo conocido como polarotaxis, que les permite orientarse mediante la luz polarizada. “Usar ropa de colores blancos o bien claros los atrae menos que el color azul, el color negro, los colores intensos”, señala. Las superficies oscuras reflejan la luz de manera similar al pelaje de grandes mamíferos, lo que para el coliguacho representa una posible fuente de sangre.
A pesar de su reputación negativa, el coliguacho desempeña un papel ecológico importante. Según Ugarte, estos insectos son parte de la cadena trófica y sirven de alimento para diversas especies, incluyendo peces, reptiles, aves y arañas. Además, los machos, que no pican, se alimentan de néctar y polen, actuando como polinizadores de plantas nativas. Por lo tanto, su presencia también puede ser vista como un indicador de ecosistemas saludables.
