Abu Mohamed al Jolani, líder de la milicia Hayat Tahrir al Sham (HTS), ha captado la atención mundial tras la reciente conquista de Damasco, donde sus fuerzas islamistas forzaron al presidente Bashar al Asad a huir. Este acontecimiento, ocurrido el 8 de diciembre de 2024, marca un hito significativo en la guerra civil siria, que comenzó hace más de una década. Al Jolani, quien hasta hace poco era un nombre poco conocido fuera de Siria, ha emergido como una figura central en este conflicto, destacando el papel crucial de HTS en la caída del régimen de Asad.
El ascenso de al Jolani y la conquista de Damasco
La milicia HTS, bajo el mando de Al Jolani, ha sido fundamental en la reciente ofensiva que resultó en la toma de Damasco. Al Jolani hizo su entrada triunfal en la ciudad, proclamando su liberación, lo que representa un cambio drástico en el panorama político y militar de Siria. Este evento se produce 13 años después de que el régimen de Asad reprimiera violentamente las protestas en su contra, lo que dio inicio a la guerra civil.
Transformación de la imagen de al Jolani
A lo largo de los años, Al Jolani ha mantenido un perfil bajo, pero su reciente aparición en los medios internacionales ha cambiado esa dinámica. Su imagen ha evolucionado; en lugar del turbante tradicional que usaba al inicio de la guerra en 2011, ahora se le ve con más frecuencia vestido con uniforme militar y gorra. Este cambio de vestimenta puede reflejar un intento de presentarse como un líder más convencional y menos asociado con el extremismo yihadista.
Orígenes y trayectoria de al Jolani
Nacido como Ahmed Al Sharea a principios de la década de 1980 en Arabia Saudita, Al Jolani se trasladó a Damasco en 1989. Su padre, un opositor al régimen de Asad, fue encarcelado y exiliado, lo que pudo influir en la trayectoria de Al Jolani. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, se unió a Al Qaeda en Irak, donde fue capturado y pasó cinco años en prisión.
En 2011, regresó a Siria y asumió el liderazgo del Frente al Nusra, la rama siria de Al Qaeda, que posteriormente se transformó en HTS. En mayo de 2015, Al Jolani declaró que su grupo no tenía intenciones de llevar a cabo ataques contra Occidente, a diferencia del grupo Estado Islámico. También se comprometió a no vengarse de la minoría alauita, a la que pertenece la familia de Asad, como parte de su estrategia para evitar provocaciones que pudieran justificar ataques occidentales.
Consolidación del poder y administración de HTS
En enero de 2017, Al Jolani logró unificar a varios grupos islamistas rivales en el noroeste de Siria bajo la bandera de HTS, consolidando así su control sobre gran parte de la provincia de Idlib. En los territorios bajo su dominio, estableció una administración civil y una estructura de gobierno, aunque su régimen ha sido acusado de brutalidad y violaciones de derechos humanos. La ONU ha calificado las acciones de HTS como crímenes de guerra.
A pesar de su separación de Al Qaeda y el cambio de nombre, HTS sigue siendo considerada una organización terrorista por la ONU, Estados Unidos, el Reino Unido y otros países.
Perspectivas sobre la situación en Siria
Expertos como James Dorsey, del Instituto del Medio Oriente de Washington, han señalado que la ausencia de violencia significativa contra las minorías en Siria podría ser una “señal esperanzadora”. Sin embargo, otros, como Andreas Reinicke, exembajador alemán en Damasco, han expresado escepticismo, advirtiendo que HTS aún mantiene vínculos ideológicos con Al Qaeda, lo que podría poner en peligro a las comunidades cristiana y kurda en la región.
Para mejorar su imagen, Al Jolani ha visitado campos de refugiados y ha supervisado esfuerzos de asistencia humanitaria, especialmente tras el terremoto de 2023. En Alepo, se comprometió a garantizar la seguridad de la población, instando a sus combatientes a mantener el orden en los territorios que han conquistado.