La alimentación y ejercicio son los pilares de un estilo de vida saludable ¿Cómo mantener el equilibrio y tener buenos hábitos en estos dos aspectos? Probablemente has escuchado de la proporción 80-20, pero quizás no sepas que se puede aplicar de dos maneras.
La forma más común en la que se sigue esta dieta es como explica la nutricionista y entrenadora personal Teresa Cutter. En su libro titulado The 80/20 Diet (Dieta del 80/20) propone una alimentación que se base en un 80% en alimentos sanos. En el otro 20% se incluye comida no saludable.
Cuando apliques esta dieta, debes evitar alimentos procesados el 80% de la semana. Lo mejor es que comas alimentos como verduras, frutas y otros alimentos ricos en fibra, agua y con baja densidad calórica. Así, gracias a los alimentos saludables, te aseguras de no engordar.
Algo que hay que aclarar sobre esta forma en la que se aplica la dieta 80/20 es que no te vas a llenar de comida poco saludable el 20% de la semana. Esto es perjudicial, inadecuado y hace que ganes peso con más rapidez. Está bien cumplir un antojo, pero todo con moderación.
80% de alimentación y 20% de ejercicio
La otra manera en la que se aplica el plan 80-20, y en el que nos queremos centrar, es dedicar un 80% del tiempo a cuidar la alimentación. El otro 20% se emplea en hacer ejercicios u otras actividades deportivas que te gusten, como pilates y yoga.
Si quieres que esta proporción entre alimentación y ejercicio tenga buenos resultados en tu cuerpo no es necesario que te mates en el gimnasio. Con entrenar unos días a la semana (2 o 3) es suficiente.
En cuanto a tu rutina de ejercicio, no acostumbres a repetirla, a menos que vayas aumentando los pesos. Lo mejor es que las cambies periódicamente, con eso tu cuerpo no se adapta a una actividad física y logras quemar grasa correctamente.
Teresa Cutter recomienda que el ejercicio debe practicarse al menos una hora para que complemente la alimentación. Y basta con de 3 a 5 días de ejercicio a la semana, una hora cada día.
Además, recomienda la relajación, el descanso y los buenos hábitos de sueño. El tiempo que haces bien en dormir es de 7 a 8 horas.
Aplicar esta proporción de alimentación y ejercicio contribuye a conseguir cambios en la salud y en sentido físico. Lo clave es tener siempre en cuenta que lo que comes es mucho más determinante que lo que ejercitas.