El profesor de historia Yamandú Orsi, del izquierdista Frente Amplio, lidera la intención de voto para las elecciones presidenciales del domingo en Uruguay, seguido de dos rivales de centroderecha: el veterinario Álvaro Delgado, del Partido Nacional, y el abogado Andrés Ojeda, del Partido Colorado.
El elegido del Pepe
Yamandú Ramón Antonio Orsi Martínez, de 57 años, es el “apadrinado” por el expresidente José “Pepe” Mujica. Nació en una zona rural en una casa sin luz eléctrica y creció en la pequeña ciudad de Canelones, donde estudió en la escuela pública. En 1991 se graduó como profesor de historia y enseñó en liceos del interior hasta 2005, cuando comenzó su trayectoria en el gobierno de Canelones, primero como secretario general de la comuna durante casi una década, y luego como intendente por dos periodos. Renunció para las internas partidarias de junio, que ganó con más del 60% de los votos, superando ampliamente a la exintendenta de Montevideo Carolina Cosse, quien contaba con el apoyo de comunistas y socialistas y se convirtió en su compañera de fórmula.
De joven, Orsi atendía el almacén de sus padres y también fue monaguillo de la Iglesia Católica y bailarín de folclore. En 1989 se unió al Movimiento de Participación Popular fundado por Mujica. Orsi se ha casado dos veces, siendo la última con la madre de sus hijos mellizos de 11 años. De perfil moderado y estilo campechano, el hombre que confesó que de niño le tenía miedo a la luna ha declarado que se prepara para ser presidente desde hace mucho tiempo. Sin embargo, no ha presentado un plan de gobierno antes de las elecciones, lo que ha suscitado críticas de sus detractores. También ha sido cuestionado por no participar en debates ni conceder entrevistas a muchos medios.
Mano derecha del presidente
Álvaro Luis Delgado Ceretta, de 55 años, nunca imaginó que apenas días después de asumir en 2020 como secretario de la Presidencia de Luis Lacalle Pou se declararía una pandemia que paralizaría al mundo. Sin embargo, oficiar de vocero del gobierno en medio de la crisis del COVID-19 puso a prueba su temple y proyectó su figura como presidenciable. Antes de llegar a la Torre Ejecutiva con su amigo Lacalle Pou, con quien había recorrido el país forjando un proyecto político, Delgado fue inspector general del Trabajo, diputado por Montevideo y senador.
A la política ingresó tras haber trabajado como productor rural y asesor veterinario en establecimientos agropecuarios. Un test vocacional le había mostrado inclinación por la abogacía, pero optó por el campo, que tanto le gustaba, y se graduó como veterinario en 1995 tras haber sido también gremialista universitario.
Nacido en Montevideo, Delgado fue educado en colegios católicos, una fe que profesa. Se casó en 1997 y tiene tres hijos de 25, 23 y 21 años. Afirma que es más feliz en el campo que en la playa y disfruta andar a caballo. Durante la campaña, Delgado fue tildado de “cavernícola” y “chabacano” por llamar “bombón” a su candidata a vicepresidente, la exsindicalista Valeria Ripoll. El episodio motivó memes y burlas en las redes sociales. Fue un “error” y un “chiste desafortunado”, reconoció él posteriormente.
El joven abogado mediático
Andrés Ojeda Spitz, de 40 años, se ha convertido en una figura televisiva como comentarista de temas legales tras ser en 2015 el abogado defensor del exdirigente tupamaro Héctor Amodio Pérez, acusado de traidor por ese grupo armado, en el que militó Mujica en su época de guerrillero. Montevideano, alumno de un colegio católico y comprometido scout en su infancia y adolescencia, Ojeda sorprendió al ganar en junio la interna del histórico Partido Colorado, al que está afiliado desde 2002 y del que fue edil por Montevideo de 2010 a 2015.
Tras su sorpresivo triunfo frente a dirigentes de la vieja guardia, no ha hecho más que crecer en intención de voto. Fanático del fisiculturismo, preocupado por la salud mental y el bienestar animal, se presenta como el rostro de la “nueva política”, algo por lo que se compara con el mandatario argentino Javier Milei. Su spot en el gimnasio mostrando sus músculos y contestando un ping pong de preguntas personales, incluida la revelación de que es “muy de Capricornio”, se volvió viral durante la campaña.
A Ojeda le apasiona el derecho penal y ha realizado posgrados en Argentina y en Estados Unidos. Está divorciado, no tiene hijos y tiene intenciones de adoptar una mascota.