Un nuevo incidente aéreo en el Caribe ha generado preocupación, ya que un jet privado tuvo que realizar maniobras evasivas para evitar una colisión con un avión cisterna de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Este evento, que ocurrió el pasado sábado, es el segundo en pocos días, tras un incidente similar que involucró a un vuelo comercial de JetBlue.
El jet ejecutivo, un Falcon 900EX, se encontraba en ruta de Aruba a Miami cuando se acercó peligrosamente a un avión de reabastecimiento. Según un reporte de CNN, las conversaciones entre el piloto y la torre de control revelan que el encuentro se produjo a aproximadamente 7.900 metros de altura. El piloto describió la situación diciendo: “Estaban realmente cerca. Estábamos ascendiendo directamente hacia él. Era grande, tal vez un 777 o un (767)”.
Este incidente se suma a otro ocurrido un día antes, donde un vuelo de JetBlue también estuvo a punto de chocar con un avión cisterna de la misma fuerza aérea. En esa ocasión, el piloto comentó: “Casi tuvimos una colisión en el aire aquí arriba. Pasaron directamente en nuestra ruta de vuelo… No tienen su transpondedor encendido, es una locura”. Además, agregó que el avión de reabastecimiento se encontraba a menos de cinco millas de distancia, lo que obligó a su aeronave a detener el ascenso.
Ambos incidentes se producen en un contexto de tensiones crecientes entre Estados Unidos y Venezuela, en el marco de la Operación Lanza del Sur, que ha llevado a un despliegue naval significativo por parte de la administración de Donald Trump frente a la costa venezolana, incluyendo aviones de combate y buques de guerra. Estos eventos resaltan la importancia de la seguridad en el espacio aéreo, especialmente en áreas donde se desarrollan operaciones militares.