El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reavivado las tensiones en América Latina al anunciar que “muy pronto” comenzará ataques terrestres contra individuos en Venezuela, según declaraciones realizadas durante una reunión de gabinete y difundidas por medios internacionales como CNN. Trump afirmó que su administración ya ha identificado a “los malos”, un término que utiliza para referirse a presuntos narcotraficantes asociados con el gobierno de Nicolás Maduro. Aseguró que “sabemos dónde viven” y que el plan incluye acciones directas sobre objetivos específicos, lo que marca un cambio significativo respecto a la estrategia anterior, que se centraba en la interceptación de embarcaciones sospechosas en el Caribe.
Hasta ahora, la estrategia militar de Estados Unidos se había enfocado en destruir lanchas que transportan drogas desde las costas venezolanas hacia su territorio. Según informes oficiales, estas operaciones han resultado en la destrucción de múltiples embarcaciones y han generado controversia internacional, especialmente tras la revelación de un segundo ataque a un bote para eliminar sobrevivientes. Sin embargo, el anuncio de ataques terrestres representa un cambio de paradigma, ya que implica la incursión en un territorio soberano y podría dar lugar a operaciones selectivas contra individuos, lo que ha sido calificado por expertos en derecho internacional como una posible violación de normas humanitarias si se lleva a cabo sin autorización diplomática.
Trump también advirtió que no se limitará a Venezuela, sugiriendo que podría extender estas acciones a otros países si se determina que están involucrados en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Mencionó específicamente a Colombia, indicando que existen “fábricas enteras” dedicadas a la producción de cocaína. Esta postura sugiere que la Casa Blanca está desarrollando una doctrina de ataques preventivos transnacionales, donde la decisión de actuar recaerá exclusivamente en el Ejecutivo estadounidense y su evaluación de riesgos.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación ante esta postura, advirtiendo que podría desencadenar una crisis diplomática en la región. Caracas ha rechazado enérgicamente las incursiones navales estadounidenses y ha solicitado la intervención de organismos multilaterales. Por su parte, juristas han cuestionado la falta de claridad sobre los procedimientos, autorizaciones, objetivos específicos y el marco legal que sustentaría estas operaciones. No está claro si la administración de Trump argumentará que estas acciones se basan en un modelo similar a la “guerra contra el terrorismo”, que ha permitido a Estados Unidos realizar ataques selectivos en otros países durante décadas.
El mensaje de Trump, tanto político como militar, se ha repetido en varias ocasiones, con frases como “muy pronto”, “sabemos dónde viven” y “vamos a empezar eso muy pronto”, lo que indica que no se trata de una declaración aislada, sino de un discurso más amplio que acerca cada vez más la posibilidad de una confrontación directa, sin necesidad de aprobación internacional o de un entendimiento diplomático con Caracas.
