La evolución del podcast ha estado marcada por su capacidad de adaptarse a las nuevas formas de consumo digital. En sus inicios, la idea de descargar episodios para escucharlos mientras se realizaban otras actividades definía su esencia como un medio exclusivamente auditivo. Con el paso de los años, el aumento en la velocidad de conexión y el surgimiento de plataformas más accesibles han permitido que este formato tenga un alcance diferente. Según Intelligencer, lo que comenzó como una experiencia pasiva se ha transformado en una actividad interactiva y visual. Este cambio responde a la creciente demanda de los usuarios por contenidos que conecten con sus intereses. La posibilidad de ver al conductor en el estudio gesticulando o interactuando con invitados refuerza el vínculo con la audiencia. Lo que alguna vez fue un nicho ahora compite con formatos tradicionales como la radio y la televisión en términos de alcance e impacto.