Algunos mantienen su trabajo, bien porque prestan servicios indispensables, bien porque pueden trabajar a distancia. Pero es normal sufrir síntomas de ansiedad en estas circunstancias, ansiedad que se traslada a la vida laboral; en unos por sobrecarga, como es el caso del personal sanitario, en otros por falta de válvulas de escape, y en casi todos por temor a lo que pueda suceder en nuestro entorno.