Un estudio realizado por investigadores de Corea del Sur ha analizado datos de más de 5,3 millones de personas y ha llegado a la conclusión de que el tiempo que tarda el riesgo de enfermedad cardiovascular en normalizarse tras dejar de fumar depende de la exposición acumulada al tabaco. Los individuos considerados como “heavy smokers”, es decir, aquellos con un historial de consumo superior a 20 paquetes-año, necesitan aproximadamente 25 años para que su riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV) se asemeje al de quienes nunca han consumido tabaco. Por otro lado, los exfumadores con un consumo menor logran niveles de riesgo equiparables en un plazo de no más de una década.