Un estudio reciente ha puesto de manifiesto cómo muchas de las acciones cotidianas, incluso aquellas que se consideran deliberadas, están influenciadas por patrones automáticos que operan fuera de la conciencia. Según The Atlantic, estos hábitos se definen como asociaciones automáticas entre un contexto y una respuesta, que se forman al repetir una acción en un entorno específico, desencadenada por una señal contextual. Una vez que estos hábitos están establecidos, se ejecutan de manera automática, sin requerir la participación activa de la mente consciente, lo que simplifica la vida; sin embargo, esto puede generar una desconexión entre el comportamiento y los objetivos que originaron dicho hábito.