La hipertensión arterial representa un desafío significativo para la salud pública, con consecuencias severas en la calidad y la esperanza de vida. Esta condición, que se caracteriza por una presión sanguínea elevada contra las paredes de las arterias, afecta aproximadamente a una de cada tres personas adultas, según datos proporcionados por el Instituto de Efectividad Clínica Sanitaria (IECS). La hipertensión es un factor de riesgo crucial en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, tales como el infarto y el accidente cerebrovascular (ACV), que son las principales causas de muerte en muchos países. Ante esta situación, la dieta se presenta como una herramienta fundamental para la prevención y el control de esta afección.