La pandemia del Covid-19 ha obligado a compañías de todo el mundo a enfrentar significativos procesos de restructuración financiera o a implementar medidas de reducción de gastos para proteger el negocio.
En medio de una crisis sanitaria y económica global sin precedentes, ejecutivos y directores de empresas de todo el mundo se encuentran sopesando algunas de las decisiones más importantes y difíciles a las que probablemente se hayan visto confrontados en sus carreras.
Algunas empresas, en las industrias más golpeadas, probablemente deberán enfrentar dolorosos procesos de restructuración financiera o incluso la liquidación de sus negocios. Mientras tanto, el resto de las empresas está implementando agresivas medidas de contingencia sanitaria para proteger a sus trabajadores, y medidas de reducción de gastos menos esenciales para proteger el negocio.
En este contexto, José Miguel Sepúlveda, socio de TheHouse Advisory, afirma que empiezan a surgir con fuerza algunas preguntas fundamentales que deberán ser abordadas muy pronto y que repercutirán en el futuro del negocio, como ¿hasta qué punto se debe empujar la contención de costos?, ¿cuándo y cuánto se deberá reducir la dotación?, ¿qué hacer con los proveedores y contratistas?
Lo que sabemos que no sabemos
En el centro de esta crisis, está la palabra “incertidumbre”. No se sabe cuánto va a durar ni tampoco qué tan profunda será esta emergencia sanitaria, aunque parece ser la opinión generalizada de expertos que la crisis económica resultante al menos va a durar varios meses, y que la caída en producción y consumo durante este segundo trimestre va a ser de dos dígitos, variando el impacto entre distintas industrias.
Para José Miguel Sepúlveda, existe también la incertidumbre de si la recuperación poscrisis será rápida, volviendo a los niveles precrisis; una más lenta, o un escenario más pesimista, en el cual la caída de la producción y del consumo se perpetuarán en el tiempo.
En este contexto, el experto de TheHouse Advisory asegura que se hace necesario un marco que oriente la toma de decisiones durante tiempos de contracción económica, y adelanta seis principios para la toma de decisiones estratégicas en la empresa en estos tiempos.
- Sobrevivir a la crisis. En tiempos de crisis, la toma de decisiones debe privilegiar el “flujo de caja”. Se deberán explorar y considerar iniciativas que permitan conservar caja, ya sea reduciendo o postergando gastos. La caja es el gran commodity en tiempos de crisis y es el oxígeno que va a mantener a nuestro paciente (la empresa) vivo y funcionando (“cash is king”).
- Privilegiar proteger el Negocio Base (core business). Una estrategia saludable, tanto en tiempos normales como en crisis, exige entender bien cuál es el Negocio Base, aquella parte del negocio que concentra los productos o servicios más importantes, los segmentos o clientes más relevantes, los procesos de negocio y activos más críticos y las capacidades que sustentan las ventajas competitivas y el posicionamiento del negocio. ¿Dónde recortar costos? La respuesta es ojalá primero en aquellos costos y gastos que estén más lejanos al Negocio Base (non-core). Se recomienda clasificar y priorizar las iniciativas de reducción de costos desde las más lejanas a las más próximas al Negocio Base.
- Asegurar el financiamiento. Si existen razones para creer que la empresa va a tener negocio y clientes una vez que termine la crisis, asegurar el financiamiento debe ser prioritario. El Gobierno está inyectando con fuerza liquidez a la economía a través de créditos con tasas cercanas a cero y garantías para empresas y aquellas que puedan acceder a éstos o emitir bonos, deben hacerlo. Hay que recordar que los niveles de endeudamiento pierden relevancia en tiempos como estos y que las compañías quiebran por falta de caja, no por tener mucha deuda.
- Cuidar las relaciones estratégicas para el largo plazo. Esta crisis, tarde o temprano, pasará, y las relaciones de valor y la confianza son los activos fundamentales sobre los que se reconstruirá el futuro del negocio. Por esto, se deben cuidar especialmente aquellas relaciones que serán clave para el futuro del negocio y tener claro que es en estos momentos de crisis cuando se ponen a prueba los “valores de la empresa”.
- Proteger el proceso de toma de decisiones. Tener un sistema de gobierno y procesos de toma de decisiones claros y bien definidos para tiempos de crisis genera certidumbre, y protegerlos a como dé lugar debe ser prioritario para la alta dirección de la empresa. La creación de Comités de Crisis, que concentren la toma de decisiones críticas del negocio y puedan funcionar con suficientes atribuciones y autonomía, es recomendable.
- Reconocer (y aceptar) que se van a cometer errores. Finalmente, y dado lo imprevisible de esta crisis, es importante reconocer que se van a cometer errores. Esto debemos reconocerlo con humildad, pero no debe paralizar la toma de decisiones ni tampoco impedir revisar las decisiones adoptadas; incluso semana a semana, para corregir errores o para enmendar el rumbo si es necesario. Declarar esto abiertamente a la organización y a todos los stakeholders del negocio, y reconocer también que a nuestras contrapartes les va a pasar lo mismo, ayudan a alinear las expectativas y a reducir la ansiedad de todos.