
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que ha despertado alarmas sanitarias en Argentina debido a recientes brotes. Esta enfermedad, que se previene con dos dosis de vacuna, se ha convertido en un tema de preocupación en el ámbito de la salud pública. Según el Ministerio de Salud de la Nación, el sarampión es una enfermedad eruptiva y febril que pertenece a la familia Paramyxoviridae y se transmite de manera respiratoria, lo que facilita su rápida diseminación de persona a persona. Las manifestaciones clínicas del sarampión incluyen fiebre alta, manchas rojas en la piel, secreción nasal, conjuntivitis y tos. Además, puede presentar complicaciones graves como neumonía, convulsiones, meningoencefalitis y ceguera. La enfermedad no tiene un tratamiento específico y puede ser mortal en 1 a 2 casos por cada 1000 personas vacunadas.
El sarampión representa un riesgo significativo para la salud pública, especialmente en poblaciones con baja cobertura de vacunación. La doctora Ángela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, explica que el sarampión es una de las infecciones más contagiosas conocidas. Su propagación afecta principalmente a los niños, aunque puede presentarse en personas de cualquier edad que no estén inmunizadas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), hasta el 90% de las personas que respiran aire contaminado o tocan superficies infectadas pueden enfermarse. A diferencia de otras infecciones respiratorias, el sarampión no es estacional. Desde UNICEF se añade que el sarampión es mucho más contagioso que otros virus como el COVID-19, la gripe o la varicela, ya que entre el 12% y el 18% de los infectados pueden contagiar a otros, lo que lo hace alrededor de seis veces más contagioso que el COVID-19 y el doble que la varicela.
El virus del sarampión se propaga a través de las mucosidades de la nariz y la garganta de las personas infectadas. Cuando estas personas tosen, estornudan o respiran, lanzan partículas al aire que pueden permanecer en el ambiente durante horas. El doctor Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical de la Baylor College of Medicine en Houston, señala que el incremento de casos en Estados Unidos es alarmante y que no es necesario tener contacto directo con una persona infectada para contraer la enfermedad. También es posible infectarse al tocar superficies contaminadas y luego llevarse las manos a la boca o los ojos. Este extenso período de contagio, que puede durar de siete a diez días, es problemático para el control de la enfermedad, ya que se puede transmitir hasta cuatro días antes de la aparición de la erupción y hasta cuatro días después.
Los síntomas del sarampión se manifiestan en todo el cuerpo, comenzando por las vías respiratorias. Entre los primeros síntomas se encuentran la tos, la congestión nasal y la conjuntivitis, que a menudo pueden confundirse con un resfriado común. Posteriormente, aparece la erupción característica que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. Otro signo distintivo son las pequeñas manchas blancas en la mucosa bucal, conocidas como manchas de Koplik, que ayudan a confirmar el diagnóstico. De tres a cinco días después de la aparición de los síntomas iniciales, se presenta el sarpullido clásico que se extiende desde la línea del cabello hacia el cuello, tronco, brazos, piernas y pies. Aunque la erupción puede parecer dolorosa, generalmente causa picazón y disminuye progresivamente, comenzando por el rostro y terminando en los muslos.
El sarampión es especialmente peligroso para los niños, ya que su sistema inmunológico aún está en desarrollo, lo que los hace más vulnerables a las infecciones. Las complicaciones graves del sarampión pueden incluir diarrea y vómitos, que pueden provocar deshidratación, infecciones de oído, bronquitis, laringitis y neumonía. La encefalitis, que es una inflamación del cerebro, es otra complicación grave que puede resultar en daño cerebral permanente. Además, las mujeres embarazadas que contraen sarampión corren el riesgo de tener partos prematuros, bebés con bajo peso al nacer o incluso la muerte fetal.
El calendario de vacunación en Argentina contempla que todos los niños de cinco años deben recibir la vacuna triple MMR, que protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas. La vacunación es una herramienta eficaz para prevenir el sarampión, como se señala en un comunicado del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que continúa fortaleciendo su estrategia de inmunización. El objetivo es garantizar que los vecinos completen su esquema de vacunación. Se están realizando campañas de vacunación en unidades sanitarias móviles, como en Armenia y Paraguay en Palermo, donde se aplican vacunas de manera gratuita de lunes a viernes.
El Gobierno de la Provincia también ha anunciado la aplicación de un refuerzo, con una dosis extra de la vacuna para aquellos que han tenido contacto con personas infectadas, destinada a niños de 6 a 4 años. La vacuna MMR contiene una versión debilitada del virus que ayuda a desarrollar inmunidad. Según los CDC, algunas personas, incluidas las embarazadas y aquellos con antecedentes de problemas inmunológicos, deben tener especial cuidado. Desde el año 2000 hasta 2023, la vacunación ha evitado 60 millones de muertes por sarampión, que causaba 2.6 millones de muertes al año. La Organización Mundial de la Salud ha hecho un llamado urgente a los países de las Américas para intensificar los esfuerzos de vigilancia epidemiológica y fortalecer la capacidad de respuesta para contener los brotes. Las recomendaciones incluyen campañas de vacunación en alto riesgo y mejorar la detección oportuna de casos sospechosos.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una alerta sobre el aumento de casos de sarampión en las Américas. Hasta la semana del 21 de febrero de 2025, se han confirmado 300 casos, sumando los reportes de Canadá, Estados Unidos y México. En comparación con el mismo periodo de 2024, cuando se notificaron los primeros ocho casos, la situación ha empeorado, con un total de 222 casos reportados en Estados Unidos. En Argentina, se han registrado seis casos, de los cuales dos son importados. La propagación del sarampión ha sido atribuida a casos importados de personas que viajaron a Rusia, Vietnam y Río de Janeiro. Es fundamental que las personas nacidas después de 1965 se vacunen, ya que se consideran inmunizadas. Todos los demás deben recibir la primera dosis al año de vida y un refuerzo. Es importante revisar los calendarios de vacunación, especialmente al inicio del año escolar, para asegurarse de que no falte ninguna dosis.