En octubre, los salarios en Argentina experimentaron un aumento del 4,6%, superando la inflación que se situó en 2,7%, según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Este incremento salarial acumulado en el año alcanza un 129,2%, mientras que en los últimos doce meses se registra un 172,1%. Las variaciones salariales han sido diversas según el sector, con un aumento del 4,3% para los trabajadores del sector público, 4% para el sector privado registrado y un notable 7,7% para los asalariados no registrados. Esto significa que, en términos reales, los salarios formales han alcanzado los mismos valores que en noviembre de 2023, es decir, antes de la devaluación.
A pesar de estos incrementos, los salarios reales del sector público han caído un 18,5%, mientras que los del sector privado registrado han tenido una contracción del 2,9%. En contraste, los trabajadores no registrados han logrado un incremento real del 2,2%, aunque este grupo es considerado el más vulnerable en el mercado laboral. Por otro lado, al analizar la variación acumulada parcial de los salarios, el panorama se torna aún más desalentador, con caídas del 22,7%, 8,5% y 27,1% respectivamente, según precisó el IARAF.
El informe también destaca las pérdidas salariales acumuladas entre enero de 2018 y octubre de 2024, revelando que durante esos 82 meses, los trabajadores formales dejaron de percibir el equivalente a 13 sueldos, mientras que los empleados informales perdieron un 16,3% y los informales 25. En términos comparativos, los acumulados del sector privado equivalen a 69 sueldos mensuales desde 2017, mientras que los informales apenas alcanzan 57.
Esta situación refleja una estructura de poder adquisitivo que ha sido afectada por efectos combinados de políticas de ajuste y un crecimiento económico limitado. A pesar de los recientes incrementos, los ingresos de los argentinos continúan rezagados frente al deterioro que se ha experimentado en los últimos años. Aunque se observan aumentos superiores en algunos sectores, lo que empuja hacia arriba el índice promedio, esto se debe a un cálculo que surge de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que aclara el Indec que este rezago es de 5.
Los índices reflejan un 199,7% que indica que los salarios están “atrasados” en comparación con la situación actual. Desde mayo, los aumentos han superado a los registrados. Las expectativas futuras sobre el desempeño salarial podrían señalar una leve recuperación en términos nominales, pero su impacto dependerá de la capacidad del Gobierno para consolidar un descenso sostenido de la inflación. Además, la situación plantea desafíos importantes para la mejora de los sectores vulnerables, como los registrados, que, a pesar de liderar las subas, enfrentan mayores pérdidas acumuladas. Sin embargo, se ha comenzado a traducir en una reactivación del consumo en algunos rubros, especialmente aquellos vinculados al crédito, como el sector automotriz y de electrodomésticos.