El pasado lunes, Sabrina Rojas sorprendió a la audiencia durante la transmisión de Pasó en América (América), programa que co-conduce junto a Augusto Tartu Tartúfoli, al insinuar que durante su segundo embarazo, Luciano Castro, quien era su pareja en ese momento, mantenía intercambios de mensajes con Griselda Siciliani, actual novia del actor. La revelación se produjo cuando Rojas comentó sobre la relación del padre de sus hijos, Flor Vigna, afirmando que “nunca iba a ser bienvenida… Y es porque tengo una historia previa”. Ante la sorpresa de su compañero de conducción, Rojas aclaró que “yo a mi exmarido ya sané. Ya me agarré de él. Tengo otros intereses por qué continuar buena armonía…”.
La conductora, madre de dos hijos, Esperanza y Fausto, mencionó que del lado de Siciliani había “obsesión”. Rojas afirmó: “Cuando yo estaba embarazada, mandaba mensaje, mensaje. Entonces, después si pasó o no algo, supongo que sí… eso lo sé”. Finalmente, dejó entrever que pudo haber habido una infidelidad mientras esperaba a uno de sus hijos. “Pero viste que en la vida todo vuelve: un día sos novio, otro amante y a veces al revés”, agregó sin filtros.
Posteriormente, en el programa A tarde (América), se buscó la opinión de Siciliani sobre los fuertes comentarios de Rojas, quien se sintió incómoda al respecto. “Sí, molesta, obviamente. Me gustaría que hablara de mí en esos términos, pero así es parte pública, soy actriz popular, también entiendo que siempre alguien pueda hablar y trato de entender eso. Yo de este modo participo, bueno, afecta, es un tema”, respondió. Al ser consultada sobre cómo le afecta que hablen de estas cosas, Siciliani contestó: “No me moviliza, no genera ningún conflicto interno. Estoy bien, contenta, pasando un momento muy hermoso, en el trabajo, la vida, la familia, mi hija”.
La relación entre Rojas y Castro comenzó en 2010, cuando coincidieron en la obra de teatro Valientes, una adaptación exitosa de la novela que él protagonizaba junto a Gonzalo Heredia y Mariano Martínez. En ese entonces, Rojas interpretaba a un joven llamado Juan Pablo, mientras que las especulaciones sobre un posible romance circulaban en la prensa de espectáculos. Finalmente, hicieron pública su relación, que dio inicio a una etapa marcada tanto por el amor como por crisis. En 2013, la pareja consolidó su relación con el nacimiento de su primera hija, y en 2015 dieron la bienvenida a su hijo.
Según el relato en el ciclo de televisión, la familia parecía sólida y alejada de escándalos, pero en 2018, una crisis tambaleó su estabilidad. Rojas reconoció que hubo un “desgaste fuerte” en la relación. Sin embargo, decidieron luchar por mantener la unidad familiar. La prueba más dura llegó en 2019, cuando unas fotos íntimas enviadas a otra mujer provocaron una breve separación que se filtró en redes sociales, generando un escándalo mediático que afectó profundamente a la pareja. A pesar de sus esfuerzos por superar ese momento, la relación llegó a su fin en 2021.
Las recientes acusaciones de Rojas han revivido un capítulo anterior relacionado con Siciliani. Este vínculo se remonta a 2007, cuando trabajaban en la serie infantojuvenil Patito Feo (El Trece) y Lalola, donde Carla Peterson era amiga cercana de Griselda. Aunque mantuvieron su relación en secreto, en 2017, Siciliani confesó en una entrevista con Susana Giménez: “Fue un romance, tampoco éramos novios”, minimizando la situación.
El romance entre Siciliani y Castro fue fugaz, pero decidieron apostar por su relación, que nació cuando se conocieron en 2005 durante la ficción Código, producida por Pol-Ka, donde ella interpretaba a Nilsen, la secretaria enamorada. En 2012, la pareja coronó su relación con la llegada de su hija Margarita, y en 2016, tras ocho años juntos, se separaron. El productor volvió a oficializar su ruptura, aunque hasta hace algunos meses, se había blanqueado que la relación entre Siciliani y Castro había resurgido, encendiendo la chispa en una fiesta de cumpleaños en abril, justo después de que Castro finalizara su relación con Vigna. De acuerdo con la bailarina, ellos aún se mandaban mensajes antes de que coincidieran nuevamente.
