Un informe revelado por CBS y BBC ha puesto de manifiesto que Rahmanullah Lakanwal, el sospechoso de disparar a dos miembros de la Guardia Nacional en Estados Unidos, había estado lidiando con problemas de salud mental antes del trágico incidente. El ataque, que tuvo lugar en Washington D.C., resultó en la muerte de uno de los guardias, Sarah Beckstrom, y dejó herido al otro, Andrew Wolfe.
El informe, elaborado por un asistente social de la ONG World Relief, quien había estado apoyando a la familia de Lakanwal en 2024, indica que el afgano había pasado semanas aislado en su habitación, angustiado por su incapacidad para encontrar empleo. Según el documento, “los voluntarios de World Relief están tratando de arreglar las cosas para esa familia, pero creo que el padre tiene problemas de salud mental que no están siendo atendidos, y no quiere hablar con nadie”.
Además, se menciona que Lakanwal sufría episodios maníacos que duraban de una a dos semanas, durante los cuales se ausentaba en el coche de la familia. Esta situación se alinea con un reporte de The New York Times, que entrevistó a un conocido de Lakanwal, quien afirmó que el sospechoso había estado lidiando con problemas de salud mental desde su tiempo en el ejército afgano.
El tiroteo ocurrido el pasado jueves ha generado una fuerte reacción en Estados Unidos, llevando al presidente Donald Trump a anunciar medidas drásticas. En su plataforma Truth Social, Trump declaró que su administración revisará todas las tarjetas de residencia (Green Cards) otorgadas a ciudadanos afganos y suspenderá todos los procesos de inmigración desde países del ‘Tercer Mundo’.
Trump expresó su frustración con la situación migratoria, afirmando: “nuestros grandes ciudadanos y patriotas estadounidenses que han sido tan generosos al permitir que nuestro país sea dividido, desorganizado, asesinado, golpeado, asaltado y ridiculizado, junto con otros países insensatos del mundo, por ser ‘Políticamente Correctos’ y simplemente ESTÚPIDOS en materia de inmigración”.
Según el censo, la población extranjera oficial de Estados Unidos asciende a 53 millones de personas, la mayoría de las cuales provienen de países en crisis y reciben asistencia social, o están involucradas en actividades delictivas.