El presidente de Rusia, Vladimir Putin, realizó su conferencia de prensa anual, donde destacó los supuestos avances de las fuerzas rusas en el conflicto con Ucrania, al tiempo que amenazó a Europa con la devolución de activos que considera “robados”. Durante su intervención, Putin afirmó que el ejército ruso mantiene la iniciativa en todos los frentes, con el enemigo en retirada y varias ciudades clave bajo control parcial o total, especialmente en las regiones de Donetsk y Kharkov, que han sido escenario de intensos combates.
El mandatario ruso subrayó que Ucrania enfrenta grandes pérdidas y que sus reservas estratégicas se están agotando, lo que, según él, podría llevar a Kiev a buscar una salida negociada al conflicto. En este contexto, Putin mencionó haber recibido señales de una posible disposición de Ucrania al diálogo, aunque enfatizó que la negativa de Kiev a discutir la cuestión territorial sigue siendo un obstáculo significativo. “La eliminación de las causas originales del conflicto es indispensable”, afirmó, reconociendo que el tema territorial es el más complicado de resolver.
Putin también presentó cifras oficiales que indican que, desde 2022, el ejército ruso habría tomado más de 94.000 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano, aunque estimaciones independientes sugieren que estas cifras son considerablemente más bajas. La conferencia, que combinó una línea directa con la ciudadanía y una rueda de prensa, recibió más de 2,7 millones de preguntas, muchas de las cuales se centraron en temas sociales, pero el conflicto en Ucrania ocupó un lugar central en su discurso.
En otro punto de su intervención, Putin cuestionó los activos rusos congelados por países europeos, afirmando que “tendrán que devolver lo robado”. En respuesta a la situación, la Unión Europea anunció un préstamo de 90.000 millones de euros a Ucrania para financiar su esfuerzo bélico contra Rusia. Esta ayuda se canalizará a través de una nueva deuda europea, en lugar de utilizar los fondos congelados rusos, una propuesta que había sido impulsada por Ucrania y apoyada por otros países europeos como Alemania.
Los activos congelados, que ascienden a aproximadamente 210.000 millones de euros, fueron bloqueados por la UE al inicio de la guerra en 2022, con el objetivo de limitar la capacidad bélica del Kremlin. De esta cantidad, cerca de 185.000 millones se encuentran depositados en Euroclear, una entidad financiera con sede en Bélgica, dedicada a la custodia y liquidación de activos. La UE ha decidido congelar indefinidamente estos fondos hasta que Rusia compense a Ucrania por los daños causados durante el conflicto. A pesar de las discusiones sobre la posibilidad de financiar a Ucrania con estos activos, Bélgica se opuso a la medida debido a posibles demandas de Rusia, una decisión que no contó con el apoyo de otros países como Italia y Hungría.
