El análisis del desempeño económico en el segundo trimestre del año revela un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 1,6%, lo que sugiere que este periodo podría haber sido el más bajo del año. Las proyecciones apuntan a que la actividad económica podría crecer cerca de 2,5% en el ejercicio actual. Sin embargo, se observan componentes de la demanda que presentan un rezago significativo, siendo uno de los más destacados la inversión, que se mide a través de la formación bruta de capital fijo (FBCF).
Caída en la inversión
De acuerdo con el Banco Central, la inversión ha estado en declive durante casi un año, registrando una nueva baja del 4,1% anual en el segundo trimestre. Este descenso ha llevado al emisor a ajustar sus pronósticos, anticipando una caída del 0,8% para el año en curso. Este resultado se relaciona directamente con la disminución del gasto en la ejecución de los principales proyectos de inversión, tanto del sector público como privado, que son monitoreados trimestralmente por la Corporación de Bienes de Capital (CBC).
El último informe de la CBC indica que la intensidad de la inversión se contrajo un 23,3% en el segundo trimestre en comparación con el mismo periodo de 2023, alcanzando un total de US$ 3.759 millones. Este monto representa el nivel más bajo desde al menos el segundo trimestre de 2020, durante el pico de la pandemia de Covid-19, y se aleja del máximo de US$ 5.455 millones registrado en el primer trimestre de 2022. Antes de esta situación, se observó una cifra inferior en el primer trimestre de 2012, según el documento.
La intensidad de la inversión se define como una estimación de la inversión ejecutada trimestralmente en el país, según el catastro de la CBC, que incluye proyectos tanto privados como estatales en fase de construcción. En comparación con el primer trimestre, la disminución se ha moderado a un 0,8%.
Desempeños sectoriales mixtos
La CBC ha explicado que la caída en la inversión se debe a resultados mixtos a nivel sectorial. Por un lado, se han registrado bajas en los sectores de energía y tecnología, debido a un mayor número de iniciativas que han sido finalizadas o que están en fase de conclusión, en comparación con las nuevas que ingresan al sistema. Por otro lado, se ha observado un aumento en los registros de minería e industrias, impulsado por el inicio de nuevas obras y proyectos que se han incorporado al catastro.
En términos específicos, el gasto en inversión en el sector de energía se redujo en un 29,3% respecto al trimestre anterior, principalmente por la finalización de iniciativas relevantes. En comparación con el mismo periodo del año anterior, la inversión en este sector ha disminuido un 47%. Por el contrario, el sector de minería experimentó el mayor incremento, con un 25,8%, gracias al inicio de obras en Nueva Centinela y la incorporación de nuevos desarrollos al catastro este año.
En el sector de industrias, se registró un aumento del 27,6% trimestral, impulsado por el inicio de trabajos en Enapac y la inclusión de iniciativas en ejecución como la Segunda Ampliación Productiva Planta Verallia. En comparación con el mismo periodo del año pasado, este sector ha visto un incremento del 9,4%.
Las obras públicas mostraron una leve variación de 2,5%, con cambios mixtos que incluyen iniciativas que han sido finalizadas o que están en fase de conclusión, así como otras que recién comienzan sus trabajos. En el sector inmobiliario, los desembolsos se contrajeron un 1,2%, afectado por un número significativo de iniciativas que han sido terminadas o que están en fase final de obras.
