La correcta posición al volante es fundamental para la seguridad y comodidad del conductor, ya que influye en la prevención de lesiones y accidentes.
Importancia de la posición al volante
Para muchos automovilistas, la forma en que se sientan al volante puede no parecer un tema relevante. Sin embargo, la diferencia entre estar correctamente sentado o hacerlo de manera inadecuada puede ser determinante para evitar desde dolores cervicales y lumbares hasta accidentes al enfrentarse a obstáculos inesperados en la vía pública. La posición de manejo debe permitir al conductor cumplir con tres condiciones esenciales: alcanzar fácilmente los pedales, controlar cualquier tipo de giro en la dirección y tener una visión completa del entorno, lo que incluye tanto el parabrisas como los espejos retrovisores.
Ajustes necesarios para una buena posición
Lograr una adecuada posición de manejo implica ajustar varios elementos móviles, como la altura y la distancia del asiento en relación a los pedales, así como el ángulo del respaldo. Aunque todos los autos cuentan con regulaciones que permiten cambios en la altura del asiento, cada vez más vehículos ofrecen la opción de ajustar la profundidad. A pesar de que esto puede parecer poco influyente, muchas veces el asiento queda demasiado lejos o demasiado cerca, dependiendo de la estatura del conductor.
Altura del asiento
Para determinar la altura correcta del asiento, hay dos puntos de referencia que no deben faltar: la punta del capó, que marca el límite de la carrocería hacia adelante, y la pedalera, que debe permitir que el pie derecho pueda cambiar entre el acelerador y el freno con seguridad y firmeza. Este movimiento debe realizarse sin errores ante cualquier inconveniente que requiera detener el vehículo de manera rápida y efectiva. La altura del asiento debe ser tal que el conductor se encuentre en una posición completamente vertical, evitando estar demasiado acostado, ya que ambas situaciones pueden generar cansancio en la espalda, hombros y cuello.
Ajuste de los espejos
Es común encontrar conductores que, al enfrentarse al sol durante el amanecer o el atardecer, utilizan el parasol para evitar el deslumbramiento. Sin embargo, esta no es la solución más recomendable. En su lugar, se sugiere ajustar el respaldo del asiento. El espejo central, que es el principal, debe estar ajustado de manera que el conductor pueda ver los límites laterales de la visión trasera sin necesidad de mover excesivamente la cabeza o los ojos. Los espejos exteriores deben ser ajustados para reflejar la mayor amplitud posible del escenario lateral a ambos lados del vehículo. En los vehículos de última generación, los sistemas de asistencia a la conducción incluyen indicadores de punto ciego que generalmente se marcan con luces de color naranja o roja, lo que proporciona mayor certeza al conductor sobre la superficie cubierta por los espejos exteriores.
Regulación del volante
La regulación del volante es el último ajuste que se debe realizar antes de salir a conducir, especialmente si se va a emprender un viaje largo por rutas o autopistas. La posición del cuerpo del conductor no debe estar demasiado cerca del volante, ya que estirar los brazos en situaciones de maniobra evasiva puede resultar en una falta de precisión. Si los brazos están demasiado extendidos, el conductor no podrá esquivar eventualidades de manera efectiva, ya que físicamente no estará preparado para girar. Por el contrario, si los brazos están plegados, el control sobre el volante se verá comprometido, lo que puede llevar a un choque entre sí. La recomendación es buscar un ángulo de aproximadamente 100 grados, manteniendo un 50% de capacidad de movimiento. Además, la regulación de la profundidad del volante permite que las piernas estén dobladas y apoyadas en la parte trasera de las rodillas, lo que es otra garantía para evitar pérdidas inesperadas de control.