En la década de los 90, Pamela Anderson alcanzó la fama mundial gracias a su interpretación de C.J. Parker, la salvavidas de la popular serie Baywatch. Desde entonces, su carrera ha estado marcada por apariciones esporádicas en cine y televisión, así como por su icónica presencia en la revista masculina Playboy. A sus 57 años, la actriz canadiense está viviendo un renacer tanto personal como artístico, destacando en su papel protagónico en The Last Showgirl, donde interpreta a Shelley, una bailarina que se ve obligada a reinventarse tras el cierre del espectáculo que protagoniza en Las Vegas.
Pamela Anderson: el nacimiento de un mito erótico
Pamela Denise Anderson nació el 1 de julio de 1967 en Ladysmith, en la isla de Vancouver. Su padre, Barry, trabajaba como reparador de hornos, mientras que su madre, Carol, era camarera. Tras finalizar sus estudios, Anderson trabajó como monitora de fitness. Su vida dio un giro inesperado cuando, durante un partido de fútbol, fue captada por las cámaras y se convirtió en la imagen de la cerveza Labatt’s. Posteriormente, fue elegida por Hugh Hefner para posar en Playboy, un evento que tuvo un impacto significativo en su vida.
En una entrevista durante el Festival de Cine de Zúrich, Anderson reflexionó sobre la imagen que se ha creado a su alrededor: “La gente tiene esta imagen neumática de mí, desde Playboy hasta Baywatch, mis matrimonios con estrellas de rock y todo lo demás. Pero también jugué con la imagen que se creó a mi alrededor. Me alegro de haber hecho todo eso, pero estoy realmente feliz de estar donde estoy ahora”. A pesar de haber disfrutado de su tiempo en la revista, ha expresado una crítica hacia la forma en que fue sexualizada a lo largo de su carrera.
El video prohibido de Pamela Anderson
El inicio de su carrera se vio ensombrecido por un episodio que marcó su vida: su matrimonio con el músico Tommy Lee de Mötley Crüe, que estuvo marcado por la controversia, especialmente por la difusión de un video sexual robado en 1995. Anderson comentó sobre este evento en una conversación con Glamour, señalando: “En el momento no me di cuenta. Es como postraumático, y entonces empiezas a actuar. Sabía que me habían pasado muchas cosas que podría haber manejado de otra manera”. A pesar de las dificultades, la actriz continuó su vida pública, participando en programas de televisión para mantener a sus dos hijos.
Anderson ha declarado que nunca se vio a sí misma como una víctima, adoptando una actitud “despreocupada” a pesar del daño psicológico que sufrió. “Simplemente intentaba reírme y creo que así es como aprendí a lidiar con esto”, afirmó.
La reinvención
A lo largo de los años, Anderson ha tenido algunas oportunidades limitadas para demostrar su talento actoral, incluyendo un cameo en la versión realista de Scooby-Doo y su participación en el reality Gran Hermano. Sin embargo, ha expresado que su fama la hizo sentir insegura y que su nombre se convirtió en un estereotipo. A pesar de esto, su objetivo siempre ha sido ofrecer algo más. En un documental de Netflix que repasa su vida, cuestionó el peso de sus decisiones pasadas.
Anderson también ha compartido detalles sobre su infancia, mencionando que su padre era un jugador de póker y alcohólico, lo que generó tensiones en su hogar. Su madre le decía: “Soy un mal ejemplo, tu padre es un imbécil, pero lo quiero. Tú no quieres a esos imbéciles, ellos tampoco te quieren como me quiere tu padre. Deshazte de ellos”. Hasta la fecha, Anderson ha pasado por cinco divorcios, lo que la llevó a regresar a Vancouver Island, donde creció. En una entrevista con Women’s Wear Daily, comentó: “Fue una manera de realmente mirar mi vida y recordar quién era yo. No lo que otras personas me decían que era”.
The Last Showgirl
En esta nueva etapa de su vida, Pamela Anderson se ha alejado de la imagen de sex symbol y se dedica a actividades como la lectura de filosofía y la escritura de poemas. Además, es una defensora activa de los derechos de los animales, los refugiados y el medio ambiente. Entre sus amistades se encuentran figuras como el director alemán Werner Herzog, la diseñadora británica Vivienne Westwood y el fotógrafo estadounidense David LaChapelle.
Recientemente, recibió una llamada de Gia Coppola, quien la invitó a protagonizar The Last Showgirl. En esta película, Anderson comparte pantalla con Billie Lourd, quien interpreta a su hija, y cuenta con la participación de Kiernan Shipka, Brenda Song, Dave Bautista y Jamie Lee Curtis.
En su papel, Anderson encarna a Shelley, un personaje que refleja aspectos de su propia vida. Ella ha declarado: “Gran parte de mi carrera ha dependido de mi físico y esa ha sido una de las razones para hacer este experimento conmigo misma”. Esta actuación le ha proporcionado una nueva vitalidad tanto en pantalla como en su vida personal, afirmando: “Me hizo quitarme capas, recordar quién soy, no dejarme definir por los demás o por lo que la gente espera de mí, no amargarme y mantener la alegría de trabajar en este negocio”.