El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció este domingo que se aproxima el final de la primera fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza, firmado el 10 de octubre, aunque subrayó que las decisiones sobre las acciones y respuestas de Israel serán tomadas de manera independiente.
Netanyahu declaró: “Nos acercamos al final de la primera fase (…) Nuestra política se mantendrá firme e independiente. Nosotros decidimos las acciones, decidimos las respuestas. Nosotros decidimos qué se debe hacer para garantizar la seguridad de Israel y la seguridad de los soldados israelíes”.
La segunda fase del acuerdo contempla el desarme del grupo islamista palestino Hamás, la instauración de un gobierno tecnócrata de transición en la Franja, la llegada de una fuerza internacional de estabilización y el posible repliegue de Israel, que actualmente controla más del 50% de Gaza.
Netanyahu enfatizó: “Nuestra política es clara: no toleraremos una violación sistemática del acuerdo de alto el fuego, al que Hamás se ha comprometido en virtud del plan. Cualquiera que intente enviar, dirigir u organizar el terror contra nosotros, está en la mira”.
Desde el inicio del alto el fuego, el Ejército israelí ha reportado la muerte de al menos 380 palestinos y ha dejado a otros 992 heridos, según datos del Ministerio de Sanidad de Gaza. Durante este periodo, Israel ha llevado a cabo demoliciones diarias de edificios y viviendas, especialmente en áreas dentro de la conocida como línea amarilla, donde las tropas israelíes se han replegado y a las que los civiles gazatíes tienen prohibido acceder.
Por su parte, Hamás ha acusado a Israel de violar el acuerdo de alto el fuego, lo que ha resultado en numerosas muertes de civiles. El Ejército israelí, sin embargo, clasifica estas bajas como de “supuestos terroristas”, argumentando que intentan violar la línea amarilla. La población de Gaza ha manifestado que esta línea no está claramente señalizada y que su delimitación cambia constantemente.
Organismos de derechos humanos han expresado escepticismo sobre la posibilidad de que Israel retire todas sus tropas de Gaza, dado que el Gobierno de Netanyahu ha sostenido que esta es la única forma de garantizar la seguridad de las comunidades fronterizas.
Desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza tras los ataques de Hamás en octubre de 2023, más de 70,600 palestinos han sido asesinados y más de 171,095 han resultado heridos, según informes de Sanidad, en una ofensiva que ha sido calificada de genocidio por diversas ONG y relatores internacionales.
