El director Francis Ford Coppola ha compartido detalles sobre su nueva película, Megalópolis, que se estrenará el 2 de enero en Argentina. En una reciente entrevista, Coppola reflexionó sobre la decadencia de los imperios, trazando un paralelo entre el Imperio Romano y los Estados Unidos contemporáneos. La película comienza con una imagen del Empire State Building, que simboliza el imperio, y presenta una fiesta con connotaciones de orgía romana, donde dos mujeres se besan y frotan sus lenguas contra caballos. Esta introducción establece un tono provocador y metafórico para la narrativa.
Coppola describe a su personaje principal, César Catilina, interpretado por Adam Driver, como un genio que ha logrado detener el tiempo y crear un material mágico llamado megalón. Este material le permitirá construir un futuro mejor, donde cada uno tendrá su propio jardín, caminos flotantes y flores. En sus palabras, “He tenido una vida maravillosa” y expresa su deseo de que los niños tengan un mundo hermoso. El director enfatiza la necesidad de un gran debate sobre el futuro, representado en la película por el personaje del alcalde de la ciudad, Franklyn Cicero, interpretado por Giancarlo Esposito, quien representa el poder establecido y la resistencia al cambio.
La historia también incluye a la hija rebelde de Cicero, interpretada por Nathalie Emmanuel, quien se enamora de Catilina, lo que añade una capa de conflicto personal a la narrativa. Además, se menciona a Clodio Pulcher, primo de Catilina, quien representa la envidia y la violencia, evocando personajes de la historia romana.
Coppola, en la entrevista, se mostró amable y reflexivo, recordando su conexión con Argentina, donde filmó Tetro en 2008. Expresó su aprecio por el país y su gente, destacando que “necesitamos tener el espíritu de amor que tienen los argentinos”. A pesar de la seriedad de los temas tratados en Megalópolis, Coppola también se refirió a la necesidad de abordar la realidad del mundo actual, mencionando que “todos somos familia” y que la humanidad ha existido por solo trescientos mil años.
El director también reflexionó sobre la creatividad humana, señalando que no hay otra especie en la Tierra con la capacidad de enviar naves espaciales al universo. En su opinión, la historia de la humanidad ha estado marcada por la dominación masculina y la violencia, y aboga por un futuro donde los niños sean educados y protegidos para convertirse en genios como Arquímedes, Beethoven y Einstein.
Coppola también abordó la crítica que ha recibido a lo largo de su carrera, afirmando que “grandes obras de arte son a menudo abucheadas” y que el tiempo es el mejor juez de la calidad de una película. En cuanto a Megalópolis, expresó su amor por la película y su deseo de que el público la aprecie, a pesar de los riesgos financieros que conlleva su producción.
Finalmente, Coppola concluyó la entrevista con un gesto festivo, cantando un fragmento de “Adiós muchachos”, lo que refleja su conexión emocional con su trabajo y su deseo de compartir su visión artística con el mundo.