El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha mostrado una mejora progresiva en su estado de salud tres semanas después de haber sido sometido a una operación de urgencia debido a una hemorragia craneal, según informaron sus médicos tras realizar exámenes el martes 31 de diciembre de 2024.
Resultados de los exámenes médicos
Una tomografía realizada en el Hospital Sirio Libanés de Brasilia, la capital de Brasil, reveló una importante reabsorción del hematoma en la cabeza del mandatario, quien tiene 79 años. El equipo médico emitió una nota en la que afirmaron que esto indica una “mejora progresiva coherente con el excelente estado del Presidente“.
Antecedentes de la operación
Los médicos habían indicado anteriormente que el jefe de Estado se sometería a exámenes de control de manera regular tras su hospitalización en Sao Paulo para una cirugía de emergencia, que tuvo lugar la noche del 9 al 10 de diciembre. Esta operación intracraneana fue necesaria para reabsorber un hematoma que se había formado a raíz de un sangrado relacionado con un accidente ocurrido en octubre, cuando Lula se golpeó en la nuca tras caerse en el baño de su residencia oficial.
Recuperación y apariciones públicas
El presidente fue dado de alta del hospital el 15 de diciembre y regresó a Brasilia cuatro días después, tras una primera tomografía que mostró resultados “extremadamente satisfactorios“. Desde su salida del hospital, Lula ha sido visto en público usando un sombrero panamá para cubrir los vendajes que quedaron en su cabeza tras la operación. Durante un mensaje televisivo en la víspera de Navidad, el presidente expresó que se sentía “aún más fuerte” y agradeció la “cadena de solidaridad” y los “mensajes de cariño” que recibió durante su hospitalización.
Implicaciones para el futuro político de Lula
El médico Kalil mencionó que Lula pudo haberse enfrentado a “lo peor” en relación a su salud. Este nuevo problema médico, sumado a un cáncer de laringe que padeció en 2011 y a una operación de cadera que tuvo lugar el año pasado, ha suscitado dudas sobre la capacidad del líder de la izquierda latinoamericana para llevar a cabo una nueva campaña electoral en 2026, la cual, según afirman tanto sus partidarios como sus opositores, es su intención.
