Aún no termina el campeonato 2020 y los equipos chilenos ya están diseñando cómo serán sus planteles de cara a los desafíos que traerá el calendario futbolístico de este año.
Uno de esos clubes que ya está pensando en el futuro es Universidad de Chile. Si bien los azules están peleando por alejarse del fondo de la tabla ponderada, no es menor que en la tabla general marchan octavos con 41 puntos, en zona de cupo para Copa Sudamericana.
Es por este último objetivo que la U comenzó a moldear las altas y bajas que hará en su plantel. Es un secreto a voces que en el cuadro laico habrá una poda gigante de jugadores, ya sea por términos de contratos o porque algunos futbolistas no cumplieron con las expectativas por las que los trajeron.
Azul Azul quiere golpear el mercado. Ya estarían puestas en marcha las negociaciones para repatriar tres futbolistas que en el pasado dejaron un muy buen recuerdo en los hinchas.
El primero de ellos, y el que está más cerca de concretarse, es Marcelo Díaz. Nacido y criado en el cuadro universitario, es uno de los últimos ídolos de la institución. Pieza clave en la era de Jorge Sampaoli, puntal de la extraordinaria campaña del 2011.
Díaz está en proceso de recuperarse de una larga lesión y su vínculo con Racing de Argentina culmina en junio de este año. Es por eso que la directiva encabezada por Cristián Aubert ya comenzó los acercamientos con su representante. Se dice que el acuerdo para que regrese está muy avanzado. Sólo habría dos “pero” para que esto no ocurriera. Uno, que Racing intente extender su vínculo; y segundo, que se concrete el supuesto interés que Boca Juniors tiene por el jugador.
El siguiente anhelo azul es Eugenio Mena. Conocidos los problemas que la U ha tenido en defensa, la contratación de un lateral izquierdo es prioridad para el DT Rafael Dudamel. El “chueco” es del gusto del entrenador y la dirigencia ve con buenos ojos traerlo, pues aún está vigente. La devaluación de la moneda argentina beneficiaría su llegada, puesto que sufriría una baja en su sueldo en Racing. La única traba es que tiene contrato hasta el 2022 con la escuadra de Avellaneda, por lo que habría que entrar a conversar una posible venta o préstamo.
El tercer sueño de Aubert y compañía es Junior Fernandes. La falta de finiquito ha sido un problema todo este año y los goles de Joaquín Larrivey no han sido suficientes. Fernandes rescindió su contrato en Emiratos Árabes y, en este momento, está sin club. Su venida cubriría la necesidad de tener un acompañante de categoría en delantera para el mencionado Larrivey.
Si logran zafar de la terrorífica tabla ponderada, en la U están conscientes que deberán dar un salto de calidad en su plantilla, si quieren ser competitivos a nivel nacional e internacional. La idea de darle jerarquía al actual plantel ya está en marcha y al parecer, no escatimarán en gastos para volver a ser un equipo protagonista.
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