Dada la situación sanitaria que atraviesa nuestro país y el mundo, las empresas han debido implementar el trabajo remoto de manera rápida y un poco forzada. Sin embargo, a la hora de hacer una evaluación de dicha modalidad, son varios los factores que han quedado en evidencia.
Según una encuesta de Robert Half sobre teletrabajo, el 36% afirma que está a favor de laborar desde su casa por el equilibrio que se logra entre vida y trabajo. Por otro lado, el 35% está de acuerdo porque mejora la calidad de vida.
Karina Pérez, directora de Robert Half Chile, cree que el teletrabajo ha impactado positivamente por la masificación de programas y estructuras que potencian el trabajo remoto, lo que no significa que cuando se vuelva a un escenario más normal la gran mayoría de las empresas implementará algún tipo de política para esta modalidad. Agrega que se tiene que pensar en una fórmula híbrida entre trabajo remoto y presencial e ir trabajándola y adaptándola con el tiempo.
“El principal impacto positivo diría que tiene que ver con la promulgación de la Ley de Teletrabajo que ampara esta modalidad y entrega un contexto legal que hace mucho más fácil su implementación. Entonces, si bien muchas compañías volverán a un modelo presencial después de esto, la ley ya significa un avance importante”, afirma Karina Pérez.
En términos de competitividad, nuestro país tiene muchos más avances tecnológicos que otras naciones de la región, lo que ha permitido preparar profesionales bien capacitados tanto para el mercado local como global. Es decir, Chile mostrará un talento de exportación, capaz de participar en proyectos de gran escala.
Por otro lado, está el factor flexibilidad, el cual ha sido sumamente importante, porque el teletrabajo permite que el mundo laboral sea más compatible con las particularidades de cada trabajador. Esto implica un aumento del bienestar personal, con un incremento en la eficiencia y productividad. Un ejemplo de ello es el ahorro en tiempo y dinero en transporte.
En la misma línea, ha sido fundamental establecer dinámicas de relacionamiento frecuente con los colaboradores, manteniendo videoconferencias, lo que ha sido clave para mantener el engagement interno y cuidar la cultura corporativa de la empresa.
No todo puede ser tan bueno
Distinto es el caso cuando hablamos de gestión, para lo cual Chile no estaba tan preparado, porque no se tenía la costumbre ni la estructura interna para hacerlo. Es más, tampoco las personas se habían planteado trabajar en forma remota, entonces no tenían claro qué se necesitaba para laborar desde la casa, como es el espacio físico, por ejemplo.
“A esto, se suma que los hijos estén sin colegio y hay que lidiar con tareas domésticas, lo que ha generado que muchos profesionales sientan que trabajan más desde la casa que desde la oficina. Sin embargo, una ventaja para las empresas es que se han dado cuenta de que pueden tener espacios físicos más pequeños, lo que al mediano y largo plazo puede abaratar algunos costos”, señala Karina Pérez.
Sumado a lo anterior, hay que ser sinceros en reconocer que el teletrabajo no funciona para todos, porque su efectividad depende de las características de la función, el rubro y el perfil personal de cada trabajador.
En este sentido, Karina Pérez sostiene que se debe considerar que se trata de una modalidad de trabajo que puede ser muy impersonal, donde se pierde parte de la comunicación informal con los compañeros. Entonces, muchos funcionan mejor trabajando en la oficina, especialmente desde el punto de vista de las relaciones.
Por último, al momento de hacer el análisis final de la experiencia del teletrabajo hay que tener en cuenta que estamos en un contexto económico difícil, lo cual significa que deberíamos ver cómo funciona esta modalidad en un escenario más normal y, a partir de eso, tomar decisiones de corto, mediano o largo plazo para la empresa.