Investigadores de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) respaldan la reclasificación de la marihuana como una sustancia de la Lista III, argumentando que tiene un menor potencial de abuso en comparación con otras drogas actualmente clasificadas en las Listas I y II.
La revisión, solicitada por el presidente Joe Biden en 2022, busca ajustar la clasificación federal de la marihuana, que actualmente la sitúa en la Lista I junto con sustancias consideradas altamente peligrosas como la heroína y el LSD.
Según los documentos presentados por la FDA, la marihuana cumple con tres criterios clave para su reclasificación: un menor potencial de abuso, respaldo científico para su uso médico actualmente aceptado en Estados Unidos y un riesgo de dependencia física baja o moderada en aquellos que la consumen de manera abusiva.
A pesar de la alta prevalencia de consumo no médico de marihuana en Estados Unidos, los investigadores argumentan que sus efectos son menos perjudiciales en comparación con drogas actualmente clasificadas en la Lista I, como la heroína y la cocaína.
Se destaca especialmente que, a pesar de la disponibilidad de productos con niveles elevados de THC (Delta 9 tetrahidrocannabinol), el componente activo del cannabis, no se observan resultados tan graves como con otras sustancias.
Los datos también respaldan el uso terapéutico de la marihuana en la práctica clínica para condiciones como la anorexia, el dolor y las náuseas y vómitos asociados a la quimioterapia. Sin embargo, se enfatiza que esto no establece la seguridad y eficacia general de la marihuana para cualquier condición de salud específica.
¿Qué implicaría la reclasificación de la marihuana en Estados Unidos?
Un punto destacado es el síndrome de abstinencia de la marihuana, que se describe como relativamente leve en comparación con el asociado al alcohol. Los síntomas alcanzan su punto máximo a los pocos días y disminuyen en una o dos semanas, especialmente en consumidores ocasionales.
La posible reclasificación de la marihuana podría tener implicaciones significativas. Abriría nuevas oportunidades para la investigación, permitiría operaciones bancarias más libres para las empresas de cannabis y liberaría a estas compañías de un código fiscal obsoleto que actualmente limita créditos y deducciones.
Con 24 estados, dos territorios y Washington D.C. legalizando el cannabis para uso recreativo y 38 estados permitiendo su uso médico, la industria del cannabis ha experimentado un crecimiento significativo desde la primera venta legal en 2014 en Colorado, atrayendo inversiones de diversas industrias.
Aunque la DEA tendrá la autoridad final sobre cualquier cambio en la clasificación de la marihuana, el proceso incluirá un período de comentarios públicos antes de la finalización de cualquier acción de reclasificación.
