
Las tropas ucranianas están llevando a cabo una retirada en la región fronteriza rusa de Kursk, que ha estado bajo control parcial de Kiev desde agosto de 2024, según un informe de la Guardia Nacional de Rusia.
El comunicado publicado en la página web de la Guardia Nacional indica que “los soldados de la agrupación de fuerzas de la Guardia Nacional, junto con unidades del Ministerio de Defensa, están golpeando a las tropas del Ejército ucraniano que se están retirando en el distrito de Sudzha“. Además, se menciona que las fuerzas rusas están “martilleando al enemigo ucraniano”, lo que incluye tanto a las tropas como a los equipos militares, utilizando drones de asalto para llevar a cabo estas operaciones.
El canal de Telegram Shot reportó que efectivos de las fuerzas aerotransportadas han izado la bandera nacional en las cercanías del edificio del Ayuntamiento de Sudzha. En este contexto, se afirma que “nuestros militares continúan afianzándose allí y empujando al enemigo hacia la región de Sumi. Los combates son incesantes”. Shot también destacó que “la mayoría” de los soldados ucranianos están abandonando la región, quedando solo unos pocos que ofrecen resistencia.
Por otro lado, el Ministerio de Defensa de Rusia comunicó que ha liberado cinco localidades en Kursk: Kazachya Loknia, Kniázhni 1, Kniázhni 2, Zamostie y Mirni, ubicadas en las inmediaciones norte, este y sur de la ciudad de Sudzha. Según el mando militar ruso, durante la última jornada, las fuerzas rusas infligieron 260 bajas a las tropas ucranianas y capturaron a dos prisioneros de guerra.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, celebró el avance de las tropas rusas, afirmando que “seguimos con atención toda la información sobre nuestros militares”. Peskov añadió que “los datos que nos llegan muestran que nuestras fuerzas avanzan exitosamente en la región de Kursk, liberando territorios que estaban bajo control enemigo. Es una buena dinámica”.
En los últimos diez días, el ejército ucraniano ha perdido casi 200 kilómetros cuadrados de territorio en Kursk, donde había llevado a cabo la primera invasión de territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial en agosto del año pasado. Esta pérdida de terreno coincide con la decisión de Estados Unidos de suspender los suministros de armamento y dejar de compartir datos de inteligencia con Kiev.
Durante los últimos meses, los ucranianos han combatido en Kursk no solo contra las fuerzas rusas, sino también contra refuerzos norcoreanos. En el marco de la primera ronda de negociaciones con Estados Unidos en Arabia Saudí, Ucrania aceptó el martes una tregua de 30 días a lo largo de todo el frente, con la condición de que Rusia también acate el alto el fuego.
Sin embargo, el Kremlin y los políticos rusos han mantenido un riguroso silencio sobre la propuesta de tregua, que Moscú había rechazado categóricamente en ocasiones anteriores. El presidente Zelenski declaró anoche que “Ucrania acepta esta propuesta. Consideramos que es positiva. Estamos preparados para dar este paso”, instando a Washington a convencer a Moscú para que el alto el fuego entre en vigor lo antes posible.