El Ejército ruso ha intensificado su avance en la región oriental de Donetsk, logrando el cerco de los bastiones ucranianos de Kurájove y Velika Novosilka, así como la toma de dos nuevas localidades, según lo informado este sábado por el Ministerio de Defensa de Rusia. En un comunicado, se señala que las unidades de la agrupación Vostok (Este) han continuado avanzando y han “liberado” el asentamiento de Vremivka en la República Popular de Donetsk. Además, se menciona que los militares del grupo Centro han tomado el control de Petropavlovka.
Los funcionarios rusos habían reportado la entrada en Petropavlovka, situada al noroeste de Kurájove, el 3 de enero. Sin embargo, algunos medios de comunicación informaron sobre la conquista de esta localidad unos días después, aunque esta información no fue confirmada oficialmente hasta el día de hoy. En cuanto a Novosilka, este bastión se trata de una localidad que contaba con más de mil habitantes antes del inicio de la guerra, y está ubicada cerca de la frontera entre las regiones de Zaporiyia y Dnipropetrovsk.
Estas conquistas se producen en un contexto de intensificación de las ofensivas rusas, que también han incluido un ataque contra Kiev que resultó en la muerte de cuatro personas y dejó a otras tres heridas, según la administración militar de la ciudad, que confirmó el impacto en el distrito Shevchenkivski. El jefe militar, Tymur Tkachenko, publicó un mensaje en Telegram sobre el incidente. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, había advertido previamente sobre una “amenaza de misil balístico”, lo que llevó a la activación de la defensa aérea.
Tras el ataque, se reportaron daños en un edificio donde las ventanas resultaron rotas y se detectó humo, así como afectaciones en una tubería de agua cercana. Además, una estación de metro próxima al centro de la ciudad sufrió un cierre temporal, mientras que los trenes omitían la parada en dicha estación. Por otro lado, las fuerzas rusas también llevaron a cabo ataques en Zaporitzhia, en el sur de Ucrania, lo que dejó heridos y causó daños parciales en una instalación administrativa industrial, según el gobernador local, Iván Fedorov.
En un contexto más amplio, el G7 ha denunciado las campañas de desinformación llevadas a cabo por Rusia, acusando al Kremlin de impulsar “los intereses malignos” a través de plataformas de medios estatales como RT y la Agencia de Diseño Social (SDA). Según un comunicado del Mecanismo de Respuesta Rápida del G7, estas actividades buscan “subvertir sociedades” mediante la explotación de cuestiones sociales y políticas, con el objetivo de debilitar gobiernos democráticos y promover los intereses del Kremlin. El comunicado detalla que Moscú financia y dirige estos esfuerzos encubiertos utilizando tácticas engañosas, operaciones psicológicas cibernéticas y estrategias de influencia mediática. Estas acciones están diseñadas para socavar la estabilidad de las democracias y desviar la atención de las crisis humanitarias y los crímenes de guerra derivados del conflicto entre Ucrania y Rusia.
En respuesta a estas acciones, los países del G7, que incluyen a Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón, han reafirmado su compromiso de contrarrestar la desinformación. Este compromiso se extiende a otros países como Australia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Suecia, así como a la OTAN y la Unión Europea, que continuarán implementando estrategias para combatir las amenazas informativas y exponer las acciones malignas.
