Este martes 5 de noviembre se conmemora el undécimo aniversario del fallecimiento del actor cómico Juan Carlos Calabró. En este contexto, sus hijas Marina e Iliana han decidido rendir homenaje a su padre a través de emotivos mensajes en las redes sociales, expresando su dolor en esta fecha tan significativa.
Las publicaciones de las hijas de Calabró reflejan un profundo sentimiento de nostalgia y amor. Marina compartió una fotografía en blanco y negro, acompañada de un mensaje que decía: “¡Cuánto te extraña, papá! A tu partida recordamos amor. Gracias”, junto a dos emojis de una vela y una flor. Por su parte, Iliana optó por realizar una publicación en su feed de Instagram, donde se la puede ver sonriendo junto a su padre. En su mensaje, expresó: “Y así miraba. Admiración, amor, alegría saber que tenía. Te extraño, pá. Pero acá estás. Celebrando las buenas, haciendo que las malas duelan menos. Acá tengo el alma, la mente, mi corazón. ¡Gracias por tu incondicionalidad y aguante! Sé que seguimos juntos, espalda con espalda, para enfrentar lo que venga. Festejando todo lo bueno que tenemos y lo que vendrá”, cerrando su mensaje con un emoji de corazón negro.
La vida de Calabró, un emblema de la comedia argentina, llegó a su fin hace años, pero dejó una huella imborrable en el mundo del espectáculo. Su estilo inconfundible y personajes icónicos como Johnny Tolengo y El Contra Aníbal no solo marcaron la televisión, el cine y el teatro, sino que también dejaron un legado personal profundo. En una entrevista con motivo del aniversario anterior de su fallecimiento, Iliana destacó cómo la generosidad de su padre quedó grabada en la memoria de todos. Para ella, la gente reconoce sus propios logros mediáticos, siendo conocida como “la Cala”, y remarcó la dualidad de la personalidad de su padre: un hombre de carácter fuerte y reservado que, a su vez, era profundamente sensible y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus seres queridos.
Un detalle especial que compartió fue la historia del “anillo poderoso”, una joya que su madre heredó y que luego pasó a ella. Según relató, la experiencia mística que vivió tras la muerte de su padre confirmó que el anillo debía quedarse con la menor, convirtiéndose en un objeto de cábala y recuerdos familiares. El humor de Calabró trascendió generaciones gracias a su capacidad de crear momentos inolvidables que reflejaban la agudeza de diversos aspectos de la sociedad argentina.
Uno de los momentos más memorables de su carrera fue su hilarante y sarcástica interacción con otras figuras públicas, comenzando con su característica frase: “¡Pedro, mirá quién vino!”. Este personaje es considerado uno de los mayores logros de su padre, un “arquetipo porteño” que merecería un lugar destacado en la cultura nacional. Por otro lado, su estilo alegre y ocurrente conquistó tanto a niños como a adultos, marcando una época en la televisión.
A pesar de su fama, Calabró siempre se consideró, ante todo, un hombre de familia. Estuvo casado durante décadas con Aída Elena Coca Picardi, una relación marcada por el amor y la complicidad. Su familia mantiene vivo su apellido en la industria del entretenimiento, destacando la influencia de sus propias carreras.
La familia tenía costumbres que subrayaban su cercanía, como las cenas semanales con amigos, entre los que se contaban personalidades como Mirtha Legrand y Rottemberg. Estos encuentros resaltaban la importancia de cultivar lazos fuera del trabajo y valorar los momentos compartidos.