Explorando el impacto de los votos nulos y blancos en las elecciones presidenciales.

Último debate presidencial entre Jeannette Jara y José Antonio Kast se llevará a cabo este martes a las 21:00 horas

Este martes a las 21:00 horas se llevará a cabo el último debate entre los candidatos presidenciales Jeannette Jara y José Antonio Kast, quienes se enfrentarán en la segunda vuelta de la primera elección presidencial en Chile con voto obligatorio e inscripción automática. En la primera vuelta, celebrada el 16 de noviembre, el Servel reportó un total de 13,4 millones de votos emitidos, pero la suma de los votos de Jara y Kast no alcanza a la mitad de este total.

La competencia para llegar a La Moneda ha sido reñida, con una diferencia de menos de tres puntos porcentuales entre Jara, quien obtuvo el 26.85%, y Kast, que alcanzó el 23.93%. Un tercer candidato, Franco Parisi del Partido de la Gente, se posicionó en un sorprendente tercer lugar con el 19.71%, a menos de un millón de votos de la primera opción. La influencia de Parisi es significativa, ya que su electorado podría ser clave para cualquiera de los dos candidatos que buscan consolidar su apoyo.

Sin embargo, el Partido de la Gente ha decidido, a través de una consulta electrónica, que la mayoría de sus votantes optará por votar nulo o en blanco en la segunda vuelta. Esto plantea interrogantes sobre el destino de estos votos, que tradicionalmente han sido objeto de mitos en el ámbito electoral.

El voto nulo se refiere a aquellos en los que no se expresa una preferencia clara, mientras que el voto blanco es cuando el elector elige no marcar ninguna opción. Según el analista político Mauricio Morales, “los votos nulos y los votos blancos no se suman a la mayoría, forman parte de lo que denominamos participación electoral, pero no inciden en el resultado de las candidaturas al momento de calcular el porcentaje de votos”.

Este contexto electoral se desarrolla en un ambiente de alta expectativa, donde los candidatos deben no solo captar los votos de sus oponentes, sino también movilizar a un electorado que ha mostrado una participación activa en las elecciones recientes. La segunda vuelta se perfila como un momento crucial para definir el futuro político de Chile.