El avance de la inteligencia artificial (IA) está redefiniendo rápidamente el panorama de la investigación científica. Desde la preparación de manuscritos hasta la revisión por pares, las herramientas de IA generativa, como ChatGPT y DeepSeek, se posicionan como aliados poderosos para los científicos. Sin embargo, a pesar de las expectativas sobre su integración, muchos investigadores todavía enfrentan desafíos en su implementación. La falta de capacitación adecuada y la incertidumbre sobre la fiabilidad son algunas de las principales barreras. Una encuesta reciente de la editorial Wiley, conocida por publicar investigaciones científicas, reveló opiniones de casi 5,000 investigadores en más de 70 países sobre el uso de la ciencia. Los resultados mostraron tanto entusiasmo como preocupaciones respecto a esta tecnología. Aunque la mayoría de los científicos creen que será una herramienta esencial en los próximos años, según el medio, la adopción aún es limitada. Se apuntó a una transformación inminente, pero también se destacó la necesidad urgente de directrices claras para evitar errores y sesgos en estas tecnologías.
Perspectivas sobre la inteligencia artificial en la investigación
Un futuro integrado con IA es considerado por el 62% de los encuestados, quienes afirmaron que ya supera a los humanos en tareas rutinarias como la redacción de artículos, la detección de errores, la organización de citas y la detección de plagio. Asimismo, se espera que desempeñen un papel central en la mejora de procesos, incluyendo la edición y la traducción. Sebastian Porsdam Mann, investigador de la Universidad de Copenhague, resaltó la inminencia de este fenómeno como un factor crucial. “Las personas tarde o temprano verán afectadas por este fenómeno, es decir, todos deben empezar a abordarlo ahora”, aseguró, subrayando la importancia de un cambio inevitable.
Uso actual de la inteligencia artificial
A pesar de los avances, el uso de la IA en la práctica diaria sigue siendo limitado. Según los datos de la encuesta, solo el 45% de los participantes utilizó efectivamente la IA en su trabajo. Las aplicaciones más comunes incluyen la corrección de textos, donde OpenAI fue utilizada, con un 81% de los participantes reportando su uso en entornos personales y profesionales, según Nature. No obstante, el conocimiento sobre otras herramientas generativas, como Gemini de Google y Copilot de Microsoft, es limitado, con un tercio de los encuestados familiarizados con ellas.
Barreras éticas en la integración de la IA
A pesar de los avances, la integración de la IA en la ciencia no está exenta de desafíos. Uno de los obstáculos más destacados es la falta de orientación. Casi dos tercios de los encuestados afirmaron que la formación es un impedimento importante para un uso amplio de la IA. Además, un gran porcentaje mostró preocupación por la precisión inherente y los riesgos de privacidad, así como inquietudes acerca de los posibles modelos relacionados con la medida en que se utilizan con mayor frecuencia. Consideran que es necesario contar con un marco claro y ético que regule su uso, así como garantizar la seguridad y la transparencia en los procesos. El 69% de los editores indicó que deberían proporcionarse pautas sobre qué es aceptable, mientras que el 70% señaló que se debería ofrecer orientación al emplear herramientas de IA.
Algunos expertos sugirieron que esto debería ser tan obligatorio como las buenas prácticas científicas y clínicas. Tejaswini Arunachala Murthy, nutricionista en cuidados intensivos en Adelaida, planteó que mejorar la colaboración ante estos retos es fundamental, y se mostró optimista sobre las posibilidades que la IA puede ofrecer para optimizar la investigación. El 67% de los encuestados expresó interés en utilizar la IA para manejar grandes cantidades de información y revisar literatura, mejorando así la eficiencia de los procesos de investigación.
Interés de los jóvenes investigadores
Los jóvenes, en particular, están ansiosos por utilizar la IA en sus solicitudes de subvenciones y para encontrar colaboradores. La creciente capacidad de la IA no solo está cambiando cómo se procesan los datos, sino también cómo se comparten y comunican los hallazgos. Las herramientas de IA están comenzando a facilitar la generación de contenidos educativos y la creación de resúmenes multimedia, abriendo nuevas puertas para la divulgación científica.
Nuevos desarrollos en inteligencia artificial
Para asegurar un proceso seguro y efectivo, es crucial que los investigadores actualicen sus conocimientos sobre la IA. Estas actualizaciones ayudarán a comprender cuándo se requiere intervención humana y garantizar que los resultados obtenidos sean de calidad. El objetivo es proporcionar a los investigadores las herramientas necesarias para integrar la IA de manera efectiva y ética, asegurando que se compartan los mejores resultados a nivel global.
