La secuela de “El Hoyo” amplía su universo distópico con un enfoque más intenso y perturbador, manteniendo la crítica social que caracterizó a su predecesora.
Tras el notable éxito global de “El Hoyo” en 2019, el director Galder Gaztelu-Urrutia regresa con una secuela que no solo expande el universo distópico de la primera entrega, sino que también adopta un enfoque más agresivo y perturbador. Coescrita junto a Pedro Rivero, David Desola y Egoitz Moreno, “2” retoma los elementos del thriller psicológico que definieron su predecesora, pero se esfuerza por ofrecer una narrativa aún más tensa y devastadora. Actualmente, la película se encuentra en los primeros lugares del Top Ten de la plataforma de streaming Netflix.
La trama se sitúa nuevamente en la inmensa estructura vertical conocida como “El Hoyo”, donde la atmósfera se vuelve aún más sofocante cuando un misterioso líder asume el control del sistema de distribución de alimentos. A este ya sombrío escenario se suma la llegada de Perempuán, interpretada por Milena Smit, una artista que decide internarse voluntariamente en esta prisión infernal para desafiar el control sobre la comida. Netflix describe a este nuevo personaje como alguien que está dispuesta a aceptar las reglas que le son impuestas, lo que desata una lucha por la supervivencia que se presenta de manera violenta a lo largo de la película.
El regreso de personajes icónicos como Goreng, interpretado por Iván Massagué, Trimagasi, a cargo de Zorion Eguileor, e Imoguiri, interpretada por Antonia San Juan, añade un elemento de familiaridad a la historia, aunque también plantea interrogantes sobre la línea temporal de la cinta. Se explicó que la película funciona tanto como precuela como secuela, llevando a los espectadores al mismo punto culminante de la película original, pero con un nuevo giro que establece una conexión inesperada entre los personajes.
Además, el elenco se completa con el regreso de viejos conocidos como Hovik Keuchkerian y Natalia Tena, quienes aportan nuevas dinámicas a la historia y a las relaciones entre los personajes que intentan sobrevivir en un entorno brutal. La interacción con el misterioso líder, sumada al viaje a los niveles inferiores del Hoyo, revela detalles sobre la jerarquía impuesta en la torre y los mecanismos de poder que subyacen en el filme.
El legado de “El Hoyo” ha tenido un impacto significativo en el cine contemporáneo. La película original fue lanzada con una propuesta que sorprendió tanto a la crítica como al público, presentando una cruda alegoría sobre la desigualdad social. La narrativa exploraba cómo los habitantes de los pisos superiores recibían las sobras de comida, planteando profundas preguntas sobre la naturaleza humana y la ética. Esta ópera prima fue elogiada por su atmósfera claustrofóbica y ganó varios premios, incluyendo el People’s Choice Award en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
Con la secuela, se busca continuar este legado, adoptando un enfoque más agresivo que explora las consecuencias de la opresión interna y desafía las injusticias del sistema. La película profundiza en los aspectos psicológicos de sus protagonistas y amplía el mundo que había establecido, presentando nuevos desafíos, formas de violencia y, lo que es más importante, las conexiones entre los personajes.