Siete argentinos permanecen en cautiverio tras el ataque de Hamas en octubre de 2023, mientras sus familias esperan noticias sobre su situación.
Desde el 7 de octubre de 2023, muchos israelíes sienten que están atrapados en un ciclo interminable de violencia y angustia. Esta fecha ha quedado grabada en la memoria colectiva, y muchos repiten que “esa fecha sigue pasando, no es parte del pasado”. En la mañana de ese sábado, un grupo de terroristas de Hamas logró derribar alambrados y cruzar la frontera, desatando una ola de ataques que sembró el caos y la muerte en el sur de Israel. Los ataques se centraron en los kibutzim cercanos a la Franja de Gaza, donde se estaba llevando a cabo una fiesta electrónica en pleno desierto, a pocos kilómetros del territorio palestino.
Los ataques se realizaron en varias oleadas. En un primer momento, grupos de élite de Hamas secuestraron a civiles, mientras que otros pobladores saquearon las casas. Desde ese instante, la espiral de violencia se intensificó tanto en el norte como en el sur del país. En respuesta, el ejército israelí estableció operaciones para combatir a Hamas. Al mismo tiempo, en el extremo norte del país, Hezbollah comenzó a atacar ciudades cercanas desde El Líbano, lo que provocó el desplazamiento de miles de personas hacia el centro del territorio israelí.
En la última semana, justo cuando se cumplía un año del ataque, la situación se complicó aún más en el norte. El 1 de octubre, Irán lanzó 180 misiles sobre Israel. En el sur, un ataque terrorista en una parada de micros en la ciudad de Beerseba resultó en la muerte de una persona. En medio de este conflicto, se reporta que 21 ciudadanos argentinos han sido secuestrados desde el 7 de octubre de 2023. De estos, algunos han sido liberados, otros han muerto y varios continúan capturados en Gaza. Las familias de los rehenes no tienen información sobre el paradero de sus seres queridos.
Entre las historias de los secuestrados, se encuentra la de Shiri Silberman y Ariel Bibas Kfir Silberman, quienes fueron capturados junto a sus dos hijos, que en ese momento tenían apenas 9 meses. La familia vivía en Nir Oz, una comunidad ubicada a 15 cuadras del lugar donde se perpetraron asesinatos de entre 120 y 400 vecinos. El último rastro de la familia fue un video grabado por ellos mismos y subido a las redes sociales, donde se puede ver a la mujer con sus hijos pelirrojos en brazos, con una expresión de desesperación. Hombres armados encapuchados rodean la escena, y la cámara baja abruptamente, cortando la grabación.
Iair Eitan Horn, otro de los afectados, relata que ese sábado sus hermanos se estaban preparando para una festividad religiosa cuando sonaron las primeras alarmas. Se refugiaron en un cuarto de seguridad y se comunicaron con su padre, Itzkin. “¿Te olvidaste? Siempre pasan encima de nuestras casas”, le dijo uno de los jóvenes en un intento de restarle importancia a la situación. Sin embargo, esa vez escuchó la voz de uno de sus hijos, lo que le generó una sensación de inquietud. Un día después, se enteró de que su hijo había ido a visitarlo para pasar el feriado, y presintió que algo malo había sucedido en Nirim, sabiendo que el próximo objetivo era Oz, donde vivía Iair. Itzkin recuerda que pasó todo el fin de semana pegado a la televisión, esperando noticias sobre su hijo, y el silencio se volvió insoportable.
La liberación de la primera tanda de mujeres rehenes ocurrió tras 49 días de cautiverio, pero no se tenía información sobre el paradero de los hijos, quienes se encontraban en los túneles de Gaza. David Cunio, un actor de 33 años, fue secuestrado junto a sus hijas mellizas, Yuli y Emma, de 3 años, y su esposa, Sharon Aloni Cunio. Las tres fueron liberadas a finales de noviembre durante el primer intercambio de prisioneros palestinos. Ariel, de 26 años, y su novia Arbel Yehud, de 28, también fueron capturados. Antes de ser capturado, Ariel envió un mensaje a su hermano Eitan, diciendo: “Estamos en una película de terror”. Nacidos en Israel, sus padres son argentinos, José Luis y Silvia, quienes emigraron al Medio Oriente en 1986.
Una historia notable es la de la abuela de Cunio, quien estuvo a punto de ser secuestrada. En un breve extracto de un documental al que tuvo acceso Infobae, ella relata que cuando los terroristas golpearon su puerta, preguntaron por su familia. Ella respondió que estaba sola. “Vos te venís conmigo, acá va a haber solo fuego”, le gritó uno de los terroristas, quien se molestó porque ella hablaba bien hebreo y ni siquiera conocía Argentina. La conversación dio un giro inesperado cuando el terrorista le preguntó si le gustaba el fútbol. Al responder que sí, el terrorista se identificó como Messi, lo que cambió completamente la actitud del hombre, quien le apoyó el brazo en el hombro y posó para una foto con ella.
