El icónico haras Fresnay-le-Buffard inicia una nueva era bajo la adquisición del jeque Mansour

Mansour bin Zayed adquiere el emblemático haras Fresnay-le-Buffard.
Mansour bin Zayed adquiere el emblemático haras Fresnay-le-Buffard.

El haras Fresnay-le-Buffard, situado en Normandía, ha sido testigo de numerosos eventos históricos desde su establecimiento en 1903. En diciembre del año pasado, este emblemático dominio fue adquirido por el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, quien es el vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos y propietario del Manchester City. La transacción, gestionada por Sotheby’s Deauville, fue valorada en 26.8 millones de euros, según informa Paris Match. Esta adquisición subraya el compromiso del jeque con la cría de caballos de élite y al mismo tiempo representa una estrategia para consolidar su posición en el mundo ecuestre global.

El haras, que abarca 325 hectáreas e incluye un castillo del siglo XVIII, cuenta con 200 boxes y una pista de entrenamiento de 900 metros. Este lugar ha sido la cuna de auténticos campeones, entre ellos, siete ganadores del prestigioso Prix l’Arc de Triomphe. El recinto es privado y su acceso está restringido al público. Desde sus inicios, ha estado asociado a personalidades clave en los ámbitos empresarial y cultural. Originalmente, fue propiedad de Marcel Boussac, apodado el “rey del algodón” por su éxito en la industria textil, y conocido por ser un patrocinador que impulsó la casa de alta costura Christian Dior. Bajo su liderazgo, el lugar se convirtió en un centro de carreras.

Posteriormente, el haras fue dirigido por Stavros Niarchos, un renombrado armador griego, quien elevó aún más la reputación de Fresnay-le-Buffard. Estos nombres han añadido prestigio al dominio, posicionándolo como un referente mundial. Su impacto fue reconocido en 1967, cuando la reina Isabel II lo visitó durante un viaje privado a Normandía. La presencia de la monarca británica, quien es una apasionada de los caballos, consolidó la relevancia del haras en el panorama europeo y subrayó la importancia de la tradición ecuestre.

El futuro del haras bajo el liderazgo de esta adquisición representa una nueva era. El jeque Mansour es conocido por su figura en la promoción ecuestre y posee otros cuatro dominios de la famosa cuadra Godolphin, reconocida mundialmente por sus purasangres. Según las declaraciones recogidas, hay un plan para restaurar el esplendor del haras mediante la modernización de sus instalaciones, que actualmente albergan vacas, y se prevé la contratación de 30 nuevos empleados para complementar los 15 actuales.

El alcalde de Rônai, Hubert Séjourné, señaló que el objetivo es devolver al haras su estatus como referencia en las competiciones internacionales. Esta inversión busca recuperar la actividad deportiva y revitalizar la economía local, reforzando un sector donde se entrelazan el lujo y la modernidad. La visión estratégica de esta compra no se limita al ámbito deportivo, sino que evidencia una amplia conexión entre intereses económicos y culturales en los Emiratos Árabes Unidos.

La operación refuerza la influencia del jeque, combinando historia, innovación y rentabilidad, posicionándolo como un puente entre Medio Oriente y Europa. Con una fortuna estimada en mil millones de dólares, ha demostrado su capacidad para integrar cada uno de sus proyectos, ya sea en clubes de fútbol de primer nivel o como mecenas de caballos. La ambición es clara: ver el nombre de sus purasangres en lo más alto de los podios, no solo como un símbolo, sino como un testimonio de cómo puede transformar la proyección económica. El jeque Mansour se prepara para consolidarse a nivel global, combinando un ilustre pasado con una mirada hacia el futuro.