La llegada de la primavera y el verano trae consigo una serie de actividades al aire libre, pero también puede representar riesgos para la salud auditiva. Con el aumento de alérgenos en el ambiente, es fundamental estar informado sobre cómo proteger nuestros oídos durante estas estaciones.
Alergias estacionarias
En Chile, la primavera se asocia con el proceso de polinización, que afecta a muchas personas alérgicas al polen y otros elementos típicos de esta época del año. Este fenómeno puede provocar síntomas como congestión nasal, irritación ocular, estornudos, picazón y, en algunos casos, una sensación de oídos tapados, así como otitis.
El Dr. Eduardo Salas, médico y académico de la Universidad San Sebastián, explicó que “las alergias estacionarias pueden afectar a nuestros oídos, en particular, al oído medio”. Esto se debe a la producción de mucosa en la nariz, que puede dificultar la limpieza de la zona. El Dr. Salas puntualizó que “no es un lugar al cual se pueda acceder desde el exterior, ya que está el tímpano que se interpone”.
La rinitis alérgica no solo impacta las cavidades nasales y los ojos, sino que también puede afectar los oídos. Por ello, el médico recomienda consultar a un especialista si se presenta un exceso de mucosidad en estas áreas. “La principal medida es la prevención de la alergia y preocuparnos por esta sensación de oídos tapados”, indicó Salas. Además, sugirió que es importante identificar a qué se es alérgico para poder realizar una prevención más efectiva. Aunque no se puede evitar la llegada de la primavera, sí se pueden evitar los alérgenos específicos que causan reacciones, como el polen y la caspa de animales.
Es relevante mencionar que tanto los niños como los adultos mayores tienen un sistema inmunológico más sensible a estos agentes externos, lo que los hace más vulnerables a las complicaciones derivadas de estas alergias.
Temporada de piscinas
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 70% de los niños menores de 7 años experimentará otitis al menos una vez durante su infancia. La temporada de piscinas en verano puede ser un factor de riesgo significativo, no solo para los niños, sino también para los adultos.
El Dr. Salas advirtió que las infecciones suelen ocurrir en el oído externo, es decir, desde el tímpano hacia afuera. La otitis externa es la principal infección que se presenta, y para prevenirla, es crucial evitar que el agua se estanque en el oído y asegurarse de que el agua en la que se nada esté limpia. “Ser desconfiado en cuanto a la higiene del agua en la que te bañas, ya sea en una laguna, río o piscina, puede resultar clave para evitar infecciones”, afirmó el académico.
El Dr. Salas también recomendó tener cuidado al realizar la higiene del oído después de nadar en lugares que no son completamente limpios. “No introducir nada en la zona del oído, ya que eso puede causar más daño e incluso empujar hacia dentro las bacterias que estén presentes, aumentando el riesgo de infección”, sostuvo.
Correcta higiene de los oídos
El Dr. Salas enfatizó que la higiene auditiva debe ser “solamente superficial” o hasta donde el dedo pueda llegar, evitando el uso excesivo de cotonitos. “Habitualmente, solo basta con el agua, ya que el cerumen cumple un rol protector contra partículas y microbios”, explicó. El objetivo no es eliminar completamente el cerumen, sino mantener una cantidad adecuada que proteja el oído de elementos del ambiente.
Además, el médico advirtió sobre el uso de audífonos, que pueden dañar el canal auditivo. Recomendó no utilizar audífonos que se introduzcan en el espacio entre el tímpano y el exterior. “El conducto auditivo externo está diseñado para estar en contacto con el ambiente. Aislar este espacio a través de audífonos puede crear microclimas que favorecen la proliferación bacteriana y aumentan el riesgo de infecciones”, concluyó el Dr. Salas.
