Los jugadores de los primeros equipos profesionales de baloncesto utilizaban ropa y calzado casual. Sin embargo, hace más de un siglo, se hizo evidente que las zapatillas de baloncesto debían ser de caña alta, con suelas rígidas y un soporte óptimo para el pie. El primer modelo de calzado diseñado específicamente para este deporte fueron las zapatillas Converse All-Star, que fueron lanzadas en 1917. Para el año 1936, Converse había consolidado su posición como el principal fabricante de calzado de baloncesto al introducir las Chuck Taylor All-Star de caña alta y color blanco, con las que el equipo de Estados Unidos ganó medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 1936. Las rayas rojas y blancas patrióticas de este modelo se volvieron tan populares que durante la Segunda Guerra Mundial, las Chuck Taylor All-Star se convirtieron en el calzado oficial de entrenamiento del ejército de Estados Unidos. Como resultado, Converse monopolizó el mercado de calzado de baloncesto durante 40 años, controlando supuestamente el 80% del mercado estadounidense a mediados del siglo XX. Sus zapatillas eran utilizadas por los jugadores de baloncesto más renombrados de la época, así como por estrellas de cine como James Dean.
Avances tecnológicos en el calzado de baloncesto
Durante las décadas de 1950 y 1960, la industria deportiva comenzó a reconocer que el calzado de baloncesto debía fabricarse con un material más duradero, optando por el cuero en lugar de la tela. En este periodo, se introdujo la capacidad de ajustar los cordones para una mejor sujeción del pie, y el diseño conservador de las zapatillas evolucionó hacia uno más estilizado.
Adidas Superstar
En 1969, Adidas lanzó el modelo revolucionario Superstar, que eventualmente se convirtió en un ícono. Las principales ventajas del Adidas Superstar incluyen una puntera completamente de goma para protección y una suela que no deja marcas en la cancha. En poco tiempo, más del 75% de los jugadores de la NBA adoptaron el Adidas Superstar, incluyendo al legendario Kareem Abdul-Jabbar. Aunque hoy en día el Superstar puede considerarse tecnológicamente desactualizado, sigue siendo popular como calzado deportivo cotidiano.
Nike Air Force One
En la década de 1970, Nike comenzó a competir con Adidas para remodelar el mercado del calzado de baloncesto. Este fabricante estadounidense lanzó varios modelos innovadores y regresó a una base de tela, lo que hizo que las zapatillas fueran más ligeras. Sin embargo, fue el modelo Air Force One, lanzado en 1982, el que realmente tuvo un impacto significativo. Para establecer una posición de liderazgo en la industria, Nike comenzó a utilizar cápsulas de aire comprimido como amortiguación, de ahí el término “air” en el nombre.
Nike Air Jordan
En 1985, Nike firmó un contrato con el prometedor jugador de la NBA, Michael Jordan, de los Chicago Bulls, y lanzó las zapatillas exclusivas Air Jordan. La creciente popularidad de Jordan convirtió a este modelo en un éxito de ventas. Las Air Jordan han pasado por varias actualizaciones y continúan siendo un bestseller en la actualidad. A lo largo de varias décadas, los fabricantes de calzado de baloncesto han competido en tecnología y diseño, y las zapatillas modernas se asemejan más a los autos de carreras de Fórmula 1 que al calzado tradicional. Las zapatillas de baloncesto se han convertido en un elemento básico de la moda, siendo utilizadas incluso por aquellos que nunca han sostenido una pelota de baloncesto.
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