Mantén tu cocina de acero inoxidable impecable con trucos sencillos. Evita productos abrasivos y utiliza soluciones naturales para un brillo duradero.
La limpieza de la cocina de acero inoxidable es un aspecto fundamental que no debe ser pasado por alto. Es importante no solo limpiar las hornallas, sino también todo el revestimiento de este material. Las superficies de acero inoxidable pueden acumular salpicaduras de grasa y manchas, lo que puede afectar la higiene alimentaria. La contaminación cruzada es un riesgo real, especialmente al cocinar carnes, donde las salpicaduras pueden ser más frecuentes. Por lo tanto, es recomendable mantener una rutina de limpieza constante, aunque esta tarea pueda resultar tediosa.
Para cuidar adecuadamente la cocina de acero inoxidable, existen diversos métodos tradicionales que pueden ser útiles. Es esencial tener precaución al limpiar, ya que el raspado excesivo puede dañar la superficie, provocando rayones que afectan su apariencia.
Si la limpieza ha sido descuidada y la superficie presenta un aspecto opaco, es aconsejable seguir ciertos consejos para restaurar su brillo. En primer lugar, se debe evitar el uso de productos abrasivos y esponjas metálicas, ya que estos pueden dañar el material. Además, el uso de productos químicos agresivos puede resultar en la pérdida del brillo natural del acero inoxidable, dejándolo opaco.
Una alternativa efectiva es preparar una solución casera que consiste en partes iguales de vinagre de alcohol y agua, a la que se le pueden añadir unas seis gotas de detergente. Esta mezcla puede ser colocada en un frasco con pico pulverizador para facilitar su aplicación.
Después de limpiar y desinfectar la superficie, se puede aplicar un truco adicional para mantener el brillo del acero inoxidable. Utilizando un trapo limpio, se puede frotar aceite de bebé sobre la superficie. Este método no solo ayuda a devolver el brillo, sino que también es eficaz para eliminar manchas dejadas por otros productos, dejando la superficie con un aspecto renovado.