
Claudia Silva Espinoza, una chilena de 44 años, ha transformado su vida tras conocer a su esposo, Zaur Ali, un turco de Azerbaiyán, a través de internet. Su historia de amor comenzó durante la pandemia en 2021, cuando Claudia se sintió atraída por las telenovelas turcas, lo que despertó en ella un profundo interés por Turquía. A través de redes sociales, encontró una página administrada por Zaur, quien había aprendido español de manera autodidacta, facilitando así la comunicación entre ambos. Su primer contacto fue a través de un live, donde Zaur le expresó su deseo de conocerla más: “Me gustaría conocerte más”. Este mensaje marcó el inicio de una relación a distancia que duró nueve meses.
Durante su interacción, Claudia se sintió intrigada por la forma en que Zaur la trataba, describiéndolo como “una persona muy diferente a lo que yo conocía acá en Chile”, según sus declaraciones a BioBioChile. Motivada por su interés en la cultura y religión de Zaur, Claudia decidió adquirir un Corán para comprender mejor el Islam. Ella comentó: “Lo compro, lo comienzo a leer y a mí en lo personal me abrió un mundo que yo tenía muy cerrado”. A través de la lectura del Corán, Claudia encontró un nuevo camino espiritual, afirmando: ‘Este es mi camino. Este es el que yo quiero seguir’.
En febrero de 2022, Claudia viajó a Turquía para encontrarse con Zaur, donde ambos ya estaban enamorados y habían planeado su primer encuentro. Sin embargo, antes de llegar a su destino, hicieron una escala en Londres, donde decidieron casarse a distancia. En ese momento, Claudia se convirtió al Islam, y ambos se unieron en matrimonio sin haberse visto en persona. Claudia explicó: “Nosotros ya estábamos enamorados, estábamos muy involucrados y en una escala en Londres – porque tú te puedes casar sin estar con tu marido por la religión del Islam – él en su país con un clérigo musulmán, nos casa a distancia”.
Al llegar a Turquía, Claudia experimentó una mezcla de emociones al conocer a Zaur en persona. Ella relató: “Yo me casé antes de conocerlo, él se casó conmigo antes de conocerme con el único fin de empezar a formar esta familia”. Pasaron 20 días juntos en Estambul, disfrutando de su tiempo como si fuera una luna de miel. Sin embargo, tras su viaje, la pareja tuvo que enfrentar la dura realidad de la separación, luchando por estar juntos durante un año y cuatro meses.
Zaur se trasladó a Rusia para trabajar y ahorrar dinero para su futuro juntos, mientras que Claudia regresó a Chile con la esperanza de reunirse pronto. Sin embargo, problemas con la visa de turista impidieron que Zaur pudiera viajar a Chile para casarse con ella. Claudia describió este periodo como “un proceso muy triste. Fue doloroso porque pasamos un año, cuatro meses separados”. A pesar de los obstáculos, Claudia no se rindió y viajó a Serbia en mayo de 2023 para casarse con Zaur por el civil.
Después de su matrimonio, Claudia regresó a Chile y comenzó a reunir la documentación necesaria para solicitar la visa de reunificación familiar para Zaur. Sin embargo, la espera se prolongó durante seis meses, lo que llevó a Claudia a contratar un abogado y a enviar una carta al Presidente de la República para acelerar el proceso. Finalmente, en febrero de 2024, Zaur llegó a Chile, y la pareja ha estado viviendo junta en San Miguel, región Metropolitana, desde entonces.
Claudia y Zaur han estado juntos durante un año, combinando sus costumbres y compartiendo su fe. Claudia ha sido clara en desmentir mitos sobre la convivencia en su relación, afirmando: “La religión le exige al hombre ser igual que la mujer, hacer las mismas tareas que la mujer”. Ella enfatiza que la idea de que las mujeres musulmanas son sumisas es un concepto erróneo, y añade: “De hecho la mujer es mucho más valorada que el hombre en la religión. Tiene mucho más cuidados”.
Zaur, por su parte, está aprendiendo español y ha comenzado un emprendimiento de productos turcos, mientras que Claudia trabaja en el ámbito de la tecnología y ciberseguridad. La pareja tiene planes de futuro que incluyen vivir en Azerbaiyán, construir una casa y viajar juntos. Claudia ha expresado que su historia de amor, a pesar de los desafíos, ha sido guiada por un propósito divino, afirmando: “Estábamos destinados por Dios”.